Capítulo 33

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A pesar de que Valeria parecía un poco más animada ahora, todos parecían siempre recordar su problema, incluso yo, y eso no parecía ayudar mucho.

A menudo me encontraba a mí misma preguntándole constantemente cómo se sentía. Porque, en el fondo, yo sabía que era mi culpa.

—¿Cómo estás hoy?

Ella suspiró.

—Bien —respondió — y no importa cuántas veces lo preguntes, la respuesta no cambiará.

—Lo siento.

—No lo sientas... por nada, esto no es culpa tuya.

—yo no...

—Sé que eso es lo que has estado pensando, y estás equivocada.

Pero no lo estaba. Val no iba a decírmelo, porque ella era mi amiga, y las amigas se protegen la una a la otra, pero yo sabía que todo era debido a mí.

—¿Sabes...? —dijo sacándome de mis pensamientos —mi madre siempre me hace la misma pregunta y estoy empezando a cansarme de esto. Quiero decir, me gustaba tanta atención al principio, pero estoy cansada de que ella piense que estoy deprimida, no lo estoy... no lo sé, es extraño, puedo sentirme feliz... solo que no estoy segura de cómo expresarlo.

Me puse a pensar, entonces, que es así como me he estado sintiendo últimamente. Como si estuviera perdiendo lentamente la capacidad para sonreír de forma sincera. Nada estaba pasando, y eso es lo que iba a volverme loca. Algo grande se acerca, lo sé, pero ¿Qué puedo hacer yo? ¿Cómo enfrentar a un asesino sin rostro? Después de todo, solo soy una chica.

Todo este misterio iba a acabar conmigo tarde o temprano.

***

En los días que siguieron, me sentía inevitablemente estresada. Todo había estado tranquilo y eso era lo que me preocupaba, la tranquilidad era mala señal. Todo había estado tranquilo antes del "asalto" a la madre de Val; de la misma forma, todo había estado tranquilo antes de la explosión en la boutique. Tenía un mal presentimiento, algo malo iba a pasar en cualquier momento y ese pensamiento me carcomía la cabeza. Alan, Kevin y Val lo habían notado, así que habían decidido calmar mis nervios con una salida de amigos.

En parte, había funcionado. En parte.

—No puedo creerlo —dijo Val mirando las fotos en sus manos, las fotos que ella había sacado la noche de fin de año.

—Deberías estar avergonzada —la reprendí en modo de broma.

—Lo siento —dijo dejando las fotos sobre la mesa del Café al que me habían llevado —. Les arruinamos el momento ¿no?

—No —dije al mismo tiempo que Alan decía "Sí"

—Lo siento —repitió la pelirroja con expresión inocente. Ella le dio un codazo a Kevin cuando él no dijo nada.

—Lo siento, también —dijo medio riéndose —. Bueno... realmente no.

—¡Kevin! —lo reprendió. Él cruzó un brazo sobre el hombro de ella.

—¡Oh, vamos, amor! Les alegramos la noche.

Val sonrió mirándolo de lado.

—Eres terrible.

Kevin rió y besó su mejilla, un gesto tan tierno e íntimo que, de repente, me hizo sentir muy lejos de Alan, como si nosotros no pudiéramos hacer eso porque no estábamos juntos en absoluto.

—Entonces ¿qué? —dijo mi amiga de repente —¿Qué hicieron ustedes mientras nosotros nos emborrachábamos como locos?

—Alan me enseñó a conducir.

DispárameWhere stories live. Discover now