Capítulo 2

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Esa tarde estaba siendo (casi) arrastrada por Valeria de una boutique a otra. Cuando ella me había pasado a buscar, habíamos pasado un largo rato intentando convencer a mamá de que la fiesta a la que mi loca amiga me había invitado era libre de alcohol y drogas... eso dijo ella, yo no estaba tan segura. Cuando mamá aceptó, Valeria había brincado como una niña emocionada y desde entonces había estado totalmente hiperactiva, como un pequeño hámster con alta cantidad de cafeína en su organismo.

Las calles de Londres estaban repletas de gente, grandes edificios se alzaban entre nosotras, edificaciones antiguas, con hermosos detalles que parecían hechos con cuidadosa precisión, parecía de la época victoriana. Nos cruzamos con varias cabinas telefónicas que había visto en fotos tantas veces, todo era como lo había visto en fotos. Pude ver el Big Ben alzándose hacia el cielo y me sentía como inmersa en una de las fotografías que Valeria solía enviarme.

Ya habíamos recorrido una gran cantidad de boutiques. Yo me había probado un lindo vestido de color azul Francia con detalles de encaje, Valeria me había alagado y luego casi me rogó para que lo comprara, sin embargo ella aún no se decidía entre la centena de vestidos que ya se había probado.

—Ya estoy lista —anunció Valeria desde el vestidor.

—Espero que este vestido sea el último —murmuré cansada. Valeria salió del vestidor con un vestido de encaje verde esmeralda, dio una vuelta y me miró esperando mi opinión —es lindo.

—Eso dijiste con los últimos tres y eran un asco —se quejó, reí porque era cierto, había dicho eso con la esperanza de que me dejara descansar un rato pero no fue así.

—Lo eran —admití —pero, en serio, este es lindo —Valeria se miró en un gran espejo —cómpralo —la animé —el verde es tu color.

—Lo es ¿cierto?

—Cómpralo —insistí arrastrando mi voz —necesito descansar los pies en casa.

—No, no —dijo Valeria negando con la cabeza —prepara esos pies para esta noche, porque bailaremos hasta el amanecer —canturreó.

—No podemos, es jueves y mañana hay escuela.

—¿Y? podríamos no ir —dijo mirándome sobre su hombro.

—No, yo no. Mi madre —Empecé y ella asintió entendiendo —solo quiere calificaciones altas.

—No te ofendas, Liz —dijo Valeria aún mirando el vestido desde todos los ángulos —pero tu madre es un fastidio.

—Lo sé.

—Hubiera sido tan divertido que vivieras en mi casa como teníamos planeado.

Valeria y yo nos conocimos a través de internet, nos hablábamos casi todos los días. En las vacaciones yo venía a Londres o ella iba a Italia, mi madre es italiana y mi padre es inglés... era. Hace un tiempo, yo había prometido que vendría a estudiar aquí, en Londres, de esa forma podríamos estudiar juntas.

—Lo sé. Pero las condiciones eran: o vengo con ella, o no vengo —Valeria suspiró sonoramente antes de contestar.

—A veces odio ser hija única.

—Sí... —dije distraídamente —También yo.

—Si vivieras en mi casa, todo sería más fácil de afrontar.

—¿Hablas de tu madre y su novio?

—No me hables de ese... —Dijo levantando bruscamente el dedo índice hacia mí —ni siquiera sé cómo llamarlo, no puedo llamarlo "señor" porque no es precisamente un "señor" –Exclamó fastidiada.

DispárameWhere stories live. Discover now