Capítulo 29

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La noche buena fue la más incomoda que he vivido.

La Sra. Jones cocinó un delicioso pavo, patatas y coles de Bruselas. La decoración estaba cuidadosamente puesta en cada ventana y sobre el barandal de las escaleras. El árbol brillante y colorido ocupaba un gran espacio en la sala. Afuera, era todo azul y blanco. Podría haber sido una navidad hermosa, si no fuera por la cena con Jason y la Sra. Jones hablando sobre sus planes de bodas.

Noté, en algún momento, que Jason nos miraba fijamente a Val y a mí, con sus fríos ojos grises, como un tiburón visualizando su presa. Me hundí un poco en mi lugar, sintiéndome expuesta.

A media noche, recibí una llamada de mi madre. Ella no iba a estar aquí en año nuevo, me lo esperaba, pero aún así no pude evitar sentirme desanimada. No me habla mucho sobre el trabajo, y, cada vez que le preguntaba, evitaba el tema. Empezaba a pensar que había algo que no me estaba diciendo.

Aparte de eso, todo pareció inquietantemente tranquilo. Esa tranquilidad iba a terminar con mi cordura, últimamente estaba con todos los sentidos alertas, esperando que la bomba explote en mi cara, intentando prepararme mentalmente para lo que se avecinaba. Y finalmente, cuando logré convencerme a mí misma de abandonar esa paranoia que me carcomía la cabeza, pasó.

—Estaba por aquí, en algún lugar, estoy segura —repitió Val por tercera vez.

—Entonces, alguien te ganó y lo compró primero.

—¡Imposible! —me miró severamente antes de voltearse y seguir revolviendo el montón de vestidos colgados cuidadosamente uno al lado del otro —lo escondí muy bien.

Faltaban escasos dos días para la fiesta de fin de año en casa de Jared. Yo ya había elegido mi vestido y zapatos, pero, como era de esperarse, Val aún no. Esta mañana ella me había convencido de ir a una pequeña y bonita boutique llamada "Petite Princesse" donde había encontrado al "amor de su vida" sí, esas fueron sus palabras y, sí, ella hablaba de un vestido. Así que aquí estábamos, revolviendo cantidades incontables de vestidos de fiesta.

Había convencido a Alan de ir a la dichosa fiesta, él se había negado al principio, pero cuando Val le dijo que yo estaría usando un vestido pegado al cuerpo y botas hasta el muslo, él pareció más animado. Durante los últimos días, Val, Alan, Kevin y yo habíamos estado saliendo juntos, yo no podía evitar sentirme como en una "cita doble", pero la realidad era que Alan y yo aún no definíamos nuestra relación.

Era divertido salir los cuatro juntos. A veces, incluso, me sentía como una chica normal en una salida normal con amigos.

—Sigue buscando —me animó Val —en algún lugar ha de estar.

—¿Cómo sabré si es el correcto?

—Cuando veas uno y escuches ángeles cantar, será ese.

Rodé los ojos.

—¿De qué color es?

—Verde.

—¿Verde?

Ella sonrió —Sí, el verde es mi color.

—Es cierto —admití. Miré el montón de vestidos y crucé los brazos —. Aquí hay muchos verdes, elige uno y vámonos.

—No, ya elegí uno, y es perfecto.

Sonreí.

—Dime —dije —lo que tú quieres es impresionar a Kevin, ¿no es cierto?

Ella soltó una risa que sonó bastante falsa.

—Liz, no necesito gran cosa para impresionarlo. Yo podría vestir ropa usada de vagabundo de los ochenta y él estaría impresionado.

Reí.

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