Capítulo 13

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En la mañana del sábado, yo ya estaba con mis maletas en la habitación de huéspedes de la casa de Val. Ella sacaba toda mi ropa y la acomodaba en el armario. Respiré hondo y el aire se sentía un poco más limpio que hace una hora, cuando entré aquí por primera vez.

Obviamente esta habitación no había sido usada en un largo tiempo. Era una pequeña habitación 4x4, las paredes estaban pintadas de un suave color durazno, había una cama con simples sabanas blancas, un pequeño mueble de roble y un armario a juego, y todo estaba lleno de polvo, excepto las sábanas que la madre de Valeria había puesto esa misma mañana antes de salir. Desde que llegué, Val y yo nos habíamos pasado la mañana limpiando, solo éramos nosotras dos en la casa. Por suerte, ni ella ni yo sabíamos dónde estaba Jason.

—Me gusta esto —dijo Valeria levantando en el aire una falda negra al cuerpo. Mi prima, Emilia, me la había comprado un día para ir a un club, según ella, yo aparentaba más edad usando eso —¿Por qué nunca lo usas?

Hice una mueca.

—No es mi estilo. Pero si te gusta, puedes quedártelo.

—¿En serio? —Ella me miró como si hubiera dicho una locura. Asentí —. De acuerdo —arrojó la falda a la cama y siguió sacando más ropa de mi maleta.

Yo coloqué algunas fotografías familiares sobre el mueble al lado de mi cama. Adorné la habitación con otras chucherías más, para ambientizar y sentirme como en casa. Colgué un atrapa-sueños justo sobre la cama, eso no podía faltar. Ese atrapa-sueños tenía una historia detrás, era el tipo de objeto que guardaba secretos.

—¿Y esto? —Valeria sostenía una blusa strapless llena de brillos, y me miraba en una súplica silenciosa. Rodé los ojos y sonreí.

—Quédatela.

Ella arrojó la blusa sobre la falda negra justo cuando la puerta se abrió. Natalie, la madre de Valeria, entró y miró a su alrededor.

—Wow. Hicieron un buen trabajo, niñas —ella sonreía y no dejaba de mirar cada rincón de la habitación.

Yo imité su acción, caminé hacia la puerta y miré de arriba abajo, como un artista mirando su obra terminada. Ciertamente, habíamos hecho un gran trabajo, las cuatro pequeñas paredes parecían tener vida ahora.

—Gracias —dijo Val con cierta pizca de sarcasmo en su voz —y muchas gracias por ayudarnos, madre.

Natalie miró a Val, ladeó ligeramente la cabeza y pareció avergonzada.

—Lo siento, Vallie —dijo ella volteando hacia mí, Valeria me miró también y parecía estar aguantando las ganas de rodar los ojos, de hecho, ella parecía enojada ¿conmigo? y me pregunté ¿qué hice ahora? —pero te recuerdo que Liz no es la única invitada que se quedará en casa.

—Qué gusto verte de nuevo, Elizabeth —me sobresalté con la grave voz que dijo eso. Voltee solo para encontrarme cara a cara con Jason. Él sonrió pero, igual que la última vez, sus ojos se veían fríos.

—No sé si ya lo sabrás, Liz —habló Natalie detrás de mí, luego sentí su mano en mi hombro —pero Jason se ha trasladado a esta casa también.

—Sí, Valeria me habló sobre un embargo —me escabullí de entre Jason y Natalie, y caminé hacia mi amiga.

—Así es —Val lo confirmó —yo me encargué de comunicarle a Liz los problemas económicos del hombre aquí presente —Ella odiaba la relación de su madre con Jason y la personalidad de Valeria no le dejaba guardarse nada, si algo le molestaba ella lo decía. Natalie le dedicó a su hija una mirada de desaprobación por su comentario.

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