Capítulo 8

16.6K 995 35
                                    

—Te lo dije —Valeria habló después de cerrar la puerta detrás de nosotras —él no es normal.

—Y es joven —agregué —¿cuántos años tiene?

Valeria se encogió de hombros.

—Nunca lo mencionó... al menos no frente a mí —Ella caminó hacia el sillón frente a la televisión y empezó a cambiar canales —. Y mamá tiene cincuenta y dos... —frunció el seño —mucha diferencia de edad.

—Bueno, dicen por ahí que "para el amor no hay edad" —me senté a su lado.

—Aún así no me parece correcto.

Ella se levantó con la excusa de ir a buscar bebidas, así que tomé el control de la televisión y la encendí. Yo no era muy fanática de los programas de TV, a veces mamá se sentaba frente a la televisión y ponía una de sus novelas románticas favoritas, yo me sentaba con ella y comentábamos sobre cómo Roland Fitcherson era demasiado ingrato con la pobre Lauren Hudson quien, en realidad, era su hija. Pero, fuera de eso, las pocas veces que encendía la televisión era para ver alguna película, amo las películas.

Algo en la ventana llamó mi atención de repente, voltee y vi el mismo auto negro que había visto esta mañana. No pudo haberme seguido... ¿o sí? La ventana estaba medio tapada por las cortinas. La curiosidad pudo más que yo, me levanté y, caminando hacia la ventana, me asomé lentamente. Miré hacia todos lados, no había ni una persona en la calle. No pude reconocer la marca del auto, tal vez fue porque no sé nada sobre autos, pero era elegante y caro, las ventanillas estaban polarizadas. Definitivamente era el mismo auto.

—¿Qué haces ahí? —la voz de Valeria me sobresaltó, la miré y le hice una seña para que se acercara.

—Dime ¿Ese auto es de algún vecino? —dije una vez que ella estaba mirando por la ventana igual que yo, casi reí, parecíamos un par de viejitas chismosas.

—No —dijo —de hecho, nunca lo había visto por aquí.

Sentí mi pulso acelerando. Eso era aún más extraño.

—¿En serio?

—Sí, ¿por qué?

Dude un poco, ¿y si estaba exagerando? Tal vez era una simple coincidencia, tal vez era alguien que visitaba a algún vecino de la zona, tal vez... tal vez era el asesino de la otra noche que venía a terminar lo que había empezado el otro día. Definitivamente debía decirle a alguien o me volvería loca.

—Creo que ha estado siguiéndome —comencé lento, no iba a soltarle todo de una sola vez. Ella frunció el ceño.

—¿Por qué alguien haría eso?

Me alejé de la ventana antes de continuar, había visto demasiadas películas como para saber que si un asesino te sigue lo último que debes hacer es asomarte por la ventana o terminaría con una bala entre los ojos. Me senté nuevamente en el sillón.

—Hay algo que no te he contado —dije, ella se sentó a mi lado con una expresión inmutable en el rostro —. El día de la fiesta, cuando yo me fui a caminar, vi algo que no debí ver —esperé acomodando las palabras en mi cabeza —¿Recuerdas el hombre asesinado en Harley Street? —Ella asintió —yo estuve ahí —ella abrió grande los ojos —y creo que el asesino me vio.

—¿Qué? —Ella habló finalmente —es una broma, ¿cierto? Porque ¿estás diciendo que fuiste testigo de un asesinato? ¿Por qué no lo denunciaste? ¿Te das cuenta que eso te convierte en su cómplice?... Espera, espera ¿dijiste que él te vio? —Ella estaba histérica, debí haberlo previsto, no dije nada mientras ella soltaba más y más preguntas —¿Por qué no me habías contado esto antes? ¿Piensas contestar algunas de mis preguntas, Liz?

DispárameWhere stories live. Discover now