18- Nadie como ella

10.1K 971 336
                                    

Hola! A mis antiguas lectoras... ¿Cuanto tiempo, verdad? Las extrañé ❤ 

Disfruten el capítulo y espero sus comentarios, por lo menos para saber que volvieron o siguen ahí! Las amooo 😍

Disfruten el capítulo y espero sus comentarios, por lo menos para saber que volvieron o siguen ahí! Las amooo 😍

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Sin dejar de besarla, bajo mi mano hasta su sexo e introduzco un par de dedos en su interior. No tiene nada debajo de la bata.

Ante mi tacto, arquea su espalda dándome el acceso que necesito para recorrer con mi boca su cuello, lamiendo, chupando y dejando pequeñas mordidas. La escucho soltar un gemido que retumba por la habitación.

Joder, Ava sigue siendo una mujer realmente caliente y estoy disfrutando cada segundo con ella.

Agarro su cintura y la llevo hasta la cama. La dejo ahí y busco otro preservativo en mi billetera. Estoy por quitarme nuevamente el bóxer cuando ella se arrodilla delante de mí. Su mirada es hambrienta y está llena de lujuria. Me desliza el bóxer y libera mi polla, en cuanto su lengua lame la punta, suelto un gemido ronco por lo bajo.

Mete mi polla en su boca lentamente, sus uñas se clavan en mis piernas. Sujeto su nuca y dirijo el bombeo a mi manera. Mierda, lo recibe muy bien. Los gruñidos y jadeos salen de mi garganta sin ningún control.

Sigue chupando y juega con su lengua en la punta. Mi cuerpo se tensa, ella lo nota y acelera el ritmo, toma todo lo que puede con su boca, pero no es suficiente, con su mano bombea la parte que queda fuera.

Llega el punto donde sé que estoy listo para correrme, sus ojos lagrimean y señala con su dedo índice su mejilla. Me derramo en su cara y boca, sus ojos se cierran y su pecho sube y baja a causa de la excitación.

Mis ojos se cierran por el placer, cuando me recupero, los abro y la observo; sigue arrodillada y me sonríe orgullosa limpiando la comisura de sus labios con su lengua.

Se quita la bata del hotel y limpia su rostro.

—Será una noche jodidamente entretenida—susurra.

No pierdo tiempo al ponerme el condón. Me siento en el borde de la cama y palmeo mi regazo. Se acomoda y me monta, posiciona la punta de mi pene en su entrada y se penetra a sí misma. Mis manos agarran su culo y la nalgueo para que comience a moverse. Ambos jadeamos. Aun con el condón la siento tan caliente.

A ella parece gustarle ir rápido, porque sube y baja con fuerza. Sus senos se sacuden y rozan mi pecho, atrapo uno con la boca y succiono, ella enreda una de sus manos en mi cabello y presiona mi rostro.

Una de mis manos recorre su cuerpo y rodeo su cuello. Echa su cabeza hacia atrás y gime mi nombre una y otra vez mientras se corre sobre mí. Sujeto sus caderas y la llevo a la cama, me coloco sobre ella y embisto un par de veces más, siento como su coño me aprieta mientras se deshace en su orgasmo y eso, hace que yo alcance el mío.




No sé qué hora es cuando despierto. Tampoco tengo idea a qué hora nos dormimos anoche.

En los brazos de otro [COMPLETA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora