47- ¿Me amas?

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No sé cuánto estuve en la misma posición con Sebastián hasta que llegó la policía

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No sé cuánto estuve en la misma posición con Sebastián hasta que llegó la policía. La operadora al haber escuchado el disparo envío una ambulancia y lo atendieron de inmediato. Había demasiada sangre, no pintaba nada bien.

Subí con él en la ambulancia y desde ahí llamé a Mark. No creo que lograra entenderme mucho, pero si formulé el nombre del hospital al que nos dirigíamos.

El camino en la ambulancia se me hacía eterno. Le cubrieron la herida a Sebastián, pero seguía inconsciente. Dijeron que estaba perdiendo mucha sangre.

Cuando llegamos al hospital, todo fue demasiado rápido. Bajaron la camilla, había doctores esperando y se lo llevaron, trate de seguirlo, pero no me dejaron pasar.

Una enfermera me dejó en una sala de espera, ella primero preguntó si estaba herida, apenas pude negar con la cabeza. Luego preguntó el vínculo que tenía son Sebastián, pero no pude responder. No me salían las palabras.

Mis manos y mi ropa estaban manchados con sangre. SU sangre...

Un apretón en mi hombro me hizo saltar, asustada. Al voltear, Mark estaba frente a mí y sin importarle que estuviera sucia, me abrazó con fuerza.

—Tranquila... Tranquila... —murmuraba una y otra vez.

Al soltarme, se giró hacia la enfermera y con la voz firme le habló.

—Soy familiar de Sebastián Edlind. Dígame cómo está.

—Acaba de entrar en cirugía, en cuanto el doctor salga vendrá a hablar con usted, pueden esperar aquí mientras tanto.

Con una mirada de pesar se retiró. Mark maldijo por lo bajo, me vio y se percató de lo sucia que estaba. Se sacó la chaqueta y me la extendió. No podía ni siquiera negarme.

Fui al baño a lavarme como pude. La sangre se mezclaba con el agua del lavamanos, no podía dejar de mirarla, mis manos seguían temblando.

Al volver a la sala de espera, Alyssa ya estaba ahí, sentada con la mirada perdida y lágrimas en sus mejillas. Me senté junto a ella, tomé su mano y esperamos mientras Mark hablaba furioso por teléfono.

Esperamos, esperamos y seguimos esperando.

No sé cuánto ha pasado, quizás algo más de una hora.

—Él tiene que estar bien —murmuro, despacio.

Alyssa aprieta mi mano y fuerza una sonrisa.

—Mi amigo es fuerte... Estará bien.

—No dejaré que el hijo de puta salga—nos dice Mark—. Ni siquiera bajo fianza.

La policía lo arrestó en cuanto llegaron, no pude ni mirarlo cuando se lo llevaron, lo único que me importaba era Sebastián.

En los brazos de otro [COMPLETA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora