27- La fiesta

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Mi internet esta suuuuuper lento! 😭 Así que tarda en cargar el capítulo, me pasó con el primero y me imagino que pasará con este. Aun así, disfrútenlo! 

Maratón 2/3

El nuevo restaurante es precioso, Benjamín nunca escatima en gastos

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El nuevo restaurante es precioso, Benjamín nunca escatima en gastos. Hay música en vivo, barra libre y garzones de un lado a otro repartiendo bebidas y bocadillos.

Poco a poco el lugar se va llenando. Estoy junto a Ben en la entrada como anfitriones, dándole la bienvenida a todos los que llegan. Los saludos son repetitivos y la sonrisa forzada en mi rostro comienza a doler.

Saludamos a dos parejas ya conocidas, le doy un beso en la mejilla a las mujeres y me alagan por lo afortunada que soy al tener a alguien como Benjamín de esposo.

Si supieran.

La mayoría de mujeres del circulo que frecuentamos en fiestas o este tipo de cosas, disfrutan de este estilo de vida. Ellas aman presumir y demostrar lo felices que son. Me sonríen con hipocresía y correspondo de la misma forma.

Él tener a mis padres y a mi suegra aquí, también me suma estrés. Los insultos disfrazados de esta última, los constantes reclamos de mi madre y las malas miradas de mi padre; todo es agotador.

—No sé cómo fuiste capaz de ponerte ese vestido, Dahlia—recrimina mi madre, llevándome aparte.

—A mí me parece perfecto—respondo cansada.

—Y a mi aún más—añade Ben, rodeando mi cintura y alejándome de ella.

Estoy por agradecerle, pero lo pienso y decido no hacerlo.

En realidad, el vestido es precioso y no muestra demasiado como para que ella exagere. Es un vestido largo color vino, de manga larga y ajustado en el torso, con un escote recto hasta la mitad del pecho. Cae en semi campana desde la cintura con un corte desde la mitad del muslo derecho.

Bueno, puede que el escote si sea motivo para que mi madre me critique, pero me siento hermosa, cómoda y sexy. Eso debería ser suficiente.

Caminamos de la mano, saludando a más personas. Esta noche no solo yo tengo que fingir. Benjamín tiene como misión mostrarse como un excelente esposo y hombre de negocios. Aunque solo sea bueno en lo último.

Volvemos a la entrada y en cuanto veo quienes se nos acercan, comienzo a hiperventilar.

No. No. No...

¡Esto no puede estar pasando!

Sebastián viene junto a Mark y una mujer.

¿Es que tendré que despedir a Mark después de todo? Maldito. Maldito. Maldito.

Ni siquiera le había dicho a Sebastián de esta fiesta. ¿Cómo se le ocurre?

Quedamos frente a frente. Suelto la mano de Benjamín, no quiero que note mis nervios ni el sudor en mis palmas. Fuerzo una sonrisa, como si fueran invitados que no conozco.

En los brazos de otro [COMPLETA] Where stories live. Discover now