41- Juicio

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Hay días en los que uno solo quiere quedarse en la cama y perderse de todo. Eso es lo que quisiera yo en este momento; perderme del mundo, de los recuerdos que aún me hacen daño y duelen.

Es irónico; cuando empecé todo esto de divorciarme solo quería que llegara este día y cuando por fin llega solo... Siento que no puedo.

Hablan mucho de las mujeres fuertes y empoderadas; he estado pensando en eso. Quizás; no es que quieran empoderarse y ya, es solo que a veces no queda otra opción.

Cuando ves que el mundo se te viene encima tienes dos opciones; te rindes o lo afrontas. Así sea demasiado, así estés aterrada—porque sí, uno se asusta como la mierda—te paras firme y lo afrontas. Con miedo y con dudas, pero lo haces.

Siempre he pensado que esa es la única opción para seguir adelante, para seguir viviendo.

Y cuando tienes una hija, ya no solo luchas por ti, lo haces por ella. Cuando las fuerzas se acaban, cuando todo lo que quieres es tirar la toalla; piensas en tu hija y sacas fuerzas de donde no las tienes.

No es que para todas las madres funcione así, no es una fórmula mágica. Eso solo depende de uno misma. Es cuestión de ver a mi madre...

Así que aquí estoy; de pie en un tribunal de familia. Con la espalda recta y la frente en alto, sin mostrarle al resto que hoy afrontaré no solo un juicio, sino que también volveré a mirar los oscuros recuerdos que por tanto tiempo me atormentaron.

—En la ciudad de Seattle del estado de Washington, siendo las nueve de la mañana del día uno de febrero del 2018—comienza el juez—. Se da inicio al juicio oral de la causal de divorcio y custodia completa de una menor. Quien comparece por la parte demandante puede iniciar.

Mark se pone de pie y comienza su relato, hablando del duro matrimonio y lo difícil que ha sido para mí.

Mi madre está entre el público. No la miro, no me mira. Nadie podría imaginar que soy su hija o que va a testificar en mi contra.

Cuando Mark termina, le dan la palabra al abogado de Benjamín para que haga su introducción. Muestra a Benjamín como un gran hombre, utilizando la apariencia en los medios como un respaldo. Le vuelven a dar la palabra a Mark y él en su rol de uno de los mejores abogados de la ciudad, empieza llamando a Martha al estrado.

Al tener que venir ella, fue Alyssa la que se quedó con Anne.

Después de hacer el juramento, Mark comienza con las preguntas. Primero sencillas, como cuánto lleva trabajando con nosotros, cuán cercana es a mí y ese tipo de cosas.

—Tengo entendido que usted estuvo con la señora Dahlia en varias ocasiones cuando ella se enteraba de las nuevas infidelidades por parte de su esposo.

En los brazos de otro [COMPLETA] Where stories live. Discover now