21- Me vuelves loco

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En cuanto las palabras salen de mi boca me arrepiento

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En cuanto las palabras salen de mi boca me arrepiento.

Sus ojos se abren con sorpresa. No dice nada. El silencio retumba en la oficina y el ambiente se torna tenso, pero no de la manera en que me gusta.

Genial, ahora si la cagué.

No sé que esperaba. Dahlia siempre fue clara en cuanto a nosotros.

Y para ella no hay un nosotros.

Cuando todo comenzó, no pasó por mi mente llegar a sentir algo. En realidad, no quería sentir nada. No después de la mierda que ocurrió la única vez que creí estar enamorado.

Me cuestioné muchas veces lo que sentía por Dahlia; no quería aceptarlo e incluso ahora, no se lo he dicho a nadie en voz alta. Ava lo intuyó y sus palabras quedaron grabadas en mi mente.

«Si de verdad la amas; tomas el riesgo o pierdes la oportunidad.»

Y joder, si existe, aunque sea una mínima oportunidad con Dahlia; yo la quiero.

No. Yo la necesito.

—A ver, preciosa, cambia esa cara que tampoco he dicho nada de otro mundo. No pido nada que no puedas darme. Podemos empezar hablando.

Niega.

—No hay nada que hablar y créeme, no hay absolutamente NADA que yo pueda darte—su mirada es orgullosa—. Gracias por el polvo.

Sale de mi oficina sin mirar atrás.

❅❅❅

Mi plan de recuperar lo que tenía con Dahlia resultó una mierda. Honestamente pensé que después de ese reencuentro, me escucharía y podríamos hablar tranquilamente.

Joder, su rechazo dolió.

No tiraré la toalla tan fácil, estoy dispuesto a hacer lo necesario para lograrlo. Incluso aparecerme en su restaurante.

Han pasado cuatro días, así que espero que no se lo tome tan mal. Suficiente tuve con su gran despedida el lunes, sin contar con la bronca que le llegó a Mark por ayudarme.

Puedo ser orgulloso, pero Dahlia lo es más.

Me adentro en el elegante lugar, la anfitriona me da la bienvenida con una sonrisa cálida. Pregunto por el gerente y me informa que es la gerente.

Sonrío.

—Necesito hablar con ella—junto mis manos y adopto una de mis poses de abogado que suelo usar para verme más profesional—. Me interesa alquilar este lugar.

Con una sonrisa y un asentimiento, me invita a seguirla. Lo hago. Me lleva por un pasillo y nos detenemos frente a lo que parece ser una oficina. Me pide que aguarde un momento, toca y cuando Dahlia lo autoriza, pasa.

En los brazos de otro [COMPLETA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora