En los brazos de otro [COMPLETA]

31- No fue suficiente el amor

Capítulo cortito pero preciso... Si pueden leerlo con la canción que puse en el multimedia, genial 👌

 No olviden dejar su voto ❤

El sábado volví temprano con Anne a casa. Para ella fue una aventura despertarse en la casa de su mejor amigo y mejoró cuando desayunamos los tres. Las dos dormimos en la cama de Sebastián. Ni siquiera recuerdo haberme quedado dormida entre el llanto y sus brazos rodeándome.

Desperté a media noche y él ya no estaba. Abracé a mi hija y volví a dormir, no quería pensar en nada.

Anne observa a Sebastián con cierta admiración y eso me asusta. Ni siquiera estoy divorciada y él ya se está acercando a mi hija. El día en que toda esta aventura termine, porque lo hará; será mi pequeña quien salga lastimada y no puedo permitirlo.

Benjamín volvió anoche de su viaje y al verlo, se me vino todo encima. Pude evitar el hablar con él lo suficiente hasta que se fue hoy a trabajar.

Me encargué de tener todo listo y envié a Anne con Martha al departamento amoblado que alquilé. Hoy pasé por la oficina de Mark para que me entregara el documento y ahora estoy en la que ha sido mi habitación por seis años, esperando que Benjamín llegue.

Los recuerdos vienen a mi mente, algunos buenos y otros...muy malos.

Aquel tiempo en el que estaba tan enamorada. En que creía que Benjamín era perfecto y que me amaba. Que lo nuestro era especial...

El amor puede cegarte a tal punto que te pierdes a ti misma; no te das cuenta que no eres querida, respetada ni valorada. Toleras humillaciones, mentiras absurdas e indiferencia. Te va matando lentamente.

Muy en el fondo uno lo sabe; las señales están ahí, son claras. Pero siempre es más fácil hacer la vista gorda. Creyendo que algún día se dará cuenta que nadie podrá amarlo como tú y por fin cambiará.

Que ilusa.

Tuve que pasar por el mismo infierno para quitarme la venda de los ojos.

Engañan a las personas diciendo que el amor todo lo puede; que el amor es suficiente y eso solo es una maldita mentira. El amor no cambia a las personas; porque yo amé con cada parte de mí y no me sirvió de nada, aun así me rompieron.

Benjamín me saca de mis pensamientos cuando entra en la habitación soltando el nudo de su corbata. Me pongo de pie con el corazón a mil por hora. Estoy temblando por dentro, pero no puedo dejar que él lo vea. Debo ser fuerte y enfrentarlo.

—Tengo que hablar contigo.

Señala el sofá que hay en la habitación, pero niego. Necesito mantenerme en pie. Le extiendo el sobre que me entregó Mark. Dudoso, lo abre y lo lee.

A medida que comprende lo que tiene en sus manos, se tensa. Levanta la cabeza y me mira cargado de furia.

—¿Qué mierda es esto, Dahlia? —pregunta, pausado y con la voz fría.