Extra II

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Hola hermosas💜 Les debía este extra, he estado con poco tiempo para escribir pero por fin lo traje ¿Mejor tarde que nunca?  Disfrútenlo.

Feliz día atrasado a todas las que son mamás, espero que hayan disfrutado su día🌺

Aviso: No podré subir capítulos de "Quiero que tú quieras" por lo menos hasta fin de mayo. Mi hermano al que no veía hace cuatro años está de visita y estoy tratando de aprovechar este tiempo con él.  Espero que lo entiendan💜

Estos últimos meses han sido una locura

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Estos últimos meses han sido una locura. Casi 9 meses en los que Dahlia me ha tenido a su antojo; todo es cuando ella quiere o cuando no, y ni siquiera puedo quejarme. Es ella la que lleva dentro a nuestro bebé, la que soporta el peso, la acidez y todos los malestares del embarazo.

Anne está feliz, cuenta los días para que su hermano nazca y la entiendo, joder, yo estoy igual. Sé que una vez que nazca nada será fácil, Dahlia me ha advertido una y otra vez que le diremos adiós a dormir bien y hola a los pañales. Pero no importa, me muero por tener a nuestro pequeño en brazos.

—¿Lista para ir a dormir? —le pregunto a Anne desde la puerta de su habitación.

—Sí—sonríe y corre hasta su cama. Me acerco para arroparla y cuando está lista, me hace el mismo puchero que le enseñó Alyssa—. Me falta mi unicornio.

Esto es algo que hace a menudo, siempre esconde su peluche y tengo que buscarlo porque sin ese unicornio, no duerme. Comienzo a rebuscar por la habitación, le pregunto a Anne donde lo ha dejado, pero según ella no lo recuerda. Cuando ya han pasado varios minutos, lo encuentro en el zapatero.

—¿Qué hace aquí? —pregunto frunciendo el ceño exageradamente.

Anne encoge sus hombros, una risa se le escapa. Le gusta saber que estaré ahí para ayudarla, así sea para encontrar un peluche.

—Bien, ahora sí tienes que dormir.

Le entrego su unicornio y ella lo abraza acurrucándose. Dejo un beso en su frente y apago la lámpara rosada.

—Buenas noches, preciosa.

—Buenas noches, papi—responde con su dulce voz.

Sonrío. Jamás me cansaré de escucharla llamarme así. Al salir dejo la puerta entreabierta y me encuentro a Dahlia en el pasillo agarrando con fuerza la parte baja de su vientre.

—¿Estás bien? —pregunto preocupado.

—Sí... —niega con la cabeza contradiciéndose—. Los típicos malestares, ya quiero que salga—sonríe.

—Cada vez falta menos—sujeto su cintura y beso suavemente sus labios—. Vamos, tienes que descansar.

—Eso es todo lo que hago últimamente—se queja—. Y ni eso puedo hacer bien.

En los brazos de otro [COMPLETA] Where stories live. Discover now