En los brazos de otro [COMPLETA]

Especial Halloween

Hola hermosuras ❤ Sé que me pasé en la hora, pero he estado taaan ocupada esta semana; mis niños, el colegio y preparar Halloween aquí en casa. En fin, no las aburro con mis cosas... ¿Qué son unas horitas más tarde? 

Disfruten ❤

Estoy en mi cama doblando la ropa recién lavada cuando aparece Sebastián. Son las seis de la tarde, a esta hora acostumbra a llegar de la oficina y aunque no vivimos juntos, es casi como si lo hiciéramos.

—Hola preciosa—saluda.

Se inclina para darme un beso que no tarda en profundizar, haciendo que recueste mi espalda en la cama y finalmente me ría.

—Puede venir Anne—murmuro contra sus labios.

Deja un ultimo beso y se aleja, sentándose al otro lado.

—Ya la saludé y está muy entretenida jugando con sus peluches—dice al mismo tiempo en que agarra los calcetines emparejándolos.

Al principio me incomodaba que quisiera ayudar con cosas en casa, de hecho, me estresaba y él como siempre, lo notó. Parece algo tonto para cualquiera, pero tuvimos que sentarnos a hablar de eso y por más que le trataba de explicar, él me dejó sin argumentos al aclararme que no se trataba de ayudar, sino que como él también estaba aquí la mayor parte del tiempo, eran cosas que podíamos compartir.

Nunca lo vi de esa manera; compartir los quehaceres o responsabilidades que siempre vi como mías. Es cierto que Martha me ayuda la mayor parte del tiempo, pero cuando ella no está, sentía la necesidad de hacer todo sola porque era mi trabajo. Ya no es así... Las cosas han cambiado tanto y definitivamente para mejor.

Sebastián es mi compañero y cada paso lo damos juntos.

—¿Cómo te fue hoy? —le pregunto—. ¿Mucho trabajo?

—Lo de siempre—encoge sus hombros—. Por cierto, Mark quiere que pasemos Halloween con ellos.

Siento una leve punzada en mi cabeza.

—¿Halloween?, ¿ustedes celebran Halloween? —pregunto alzando mis cejas.

Yo jamás lo he celebrado, se me prohibió toda la vida y lo mismo para mi hija.

—Claro—dice como si fuera obvio—. Normalmente vamos a algún lugar a beber algo, nos disfrazamos... Lo normal.

Lo normal.

Mi vida antes de él no fue muy normal.

—Yo...—respondo en un tono más tímido.

—Lo sé, preciosa—estira su mano atrapando la mía—. Ahora tenemos a Anne así que no nos iremos de fiesta—sonríe—. Podemos salir a pedir dulces con ella; no lo he hecho desde que era un niño, pero será igual de divertido.