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"'Cause I'ma ride or die
Whether you fail or fly
Well, shit, at least you tried
But when you walked out that door
A piece of me died"

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             —Entiendo que Sol es deliciosa, pero eso no está bien, Eroda.

Paso la mano encima del mordisco aliviando el ardor. El tono áspero de Eros hace que la niña tense los brazos estirados y arrugue la carita sin parar de llorar. Su hermano la acuna contra su pecho y ella aplasta la cabeza en el, sollozando a moco tendido.

No quiero decir que está loca, pero lo está.

No es necesario verle la cara a nadie, ya sé que se están burlando de mí y mi encontronazo con la cría salvaje más joven del clan. Un poco más y me corta como a rebanada de mantequilla.

—Qué gran recibimiento—ironiza Hera, poniéndose de pie—. Perdónala, Sol, no es personal. Cree que Eros es suyo, incluso a mí me ha pegado con el biberón en la cabeza por abrazarlo.

Y yo que le llamé exagerado. Pues no, tiene razón, la niña es una total reina del drama, le ha arrebatado la corona a Hera, y conociendo los antecedentes de mi amiga, eso es un hecho preocupante.

—Está muy bien de calcio—mascullo, tragándome una carcajada.

—Lo he resentido—resopla Agnes con pesar—. ¿Quieres un poco de mi crema cicatrizante?

Niego con la cabeza. Si me ha dolido pero no es para tanto. Espero.

—No, está bien. Gracias—volteo a ver a Eros, con los nervios latentes bajo la dermis—. ¿Podemos...?

Él aparta la mirada ciñendo los dedos al puente de su nariz. Gira sobre su eje y desaparece a la habitación contigua, por el vistazo que me da al empujar la puerta, es el comedor. Levanto la vista al techo queriendo maldecirle. Esto ya me lo veía venir, él mismo me lo advirtió, y aún así, me refugiaba en esa necia esperanza de que por un momento desistiría de su estado de preservación y nos centraríamos en el papeleo legal. Esta actitud evasiva me ha despejado el panorama, él sigue firme en su decisión, y lo peor del asunto, es que no me sorprende ni un poco.

Agnes se acerca cargando a Helios, el niño hace un puchero metiendo una manito escurridiza en el escote, pidiendo alimento. Ella ensortija una mano en mi muñeca, instándome a caminar a la misma dirección por dónde Eros ha desaparecido.

—Ven, vamos a comer.


Desde que Martín se enteró del matrimonio, y tres noches después sentados en el comedor les avisé a mamá y a él que me mudaría con Valentina, no había tenido una comida en la que la que la carencia de palabras ahoga más que el pedazo de papa que me cuesta engullir.

De vez en cuando la presencia de Eros, sentado diagonal a mi puesto, llama la atención de mis ojos como un imán. Eroda descansa en su regazo, jugueteando con la cadena mientras se toma un biberón. Agnes no le da más pecho porque a la dulce niña le gusta rascarse los dientes con los pezones y ya le ha causado heridas. A ella no le molesta, puesto que nunca fue muy dependiente como lo es Helios, ella prefiere que su hermano mayor se concentre solamente en ella.

Ni siquiera Hera se atrevió a tanto.

—¿Qué tal llevan la universidad?—Agnes acaba con el mutismo luego de pasarle el bebé a Ulrich después de darle de comer de su plato, permitiéndose seguir con las manos desocupadas—. Hera todas las semanas tiene una queja distinta, pero ella nunca es la del problema.

The Right Way #2 Where stories live. Discover now