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"Look at your kids with your vintage music
Comin' through satellites while cruising'
You're part of the past, but now
You're the future"
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EROS

Vaya amalgama de emociones ofrece su rostro.

El enojo pronto usurpa el impacto inicial, si no conociese su infinita devoción a mis ojos, peligrarían de tan fuerte que sostiene el bolígrafo. Intenta expresarse, escupir una grosería o un grito invitándome a largarme, no hace más que permanecer quieta y rígida, mientras me fulmina con su rigurosa mirada.

Estoy seguro que una arcada le surca cuando presiona los labios, simplemente admitirlo después de la afirmación sería demasiado para ella, un golpe al ego que contadas veces se permite.

—¿Cuál es el chiste?—brama, me cuesta reprimir la risa.

—No hay bromas, solo verdades.

El lapicero cae encima del escritorio y rueda hasta terminar en el piso, el silencio se asienta entre los dos hasta que el ruido del rebote cesa.

—Si querías hacerme hablar, bien, lo conseguiste—espeta, gesticulando con sus manos con exageración—. ¿Qué harás de cenar? Me provoca ensalada de atún con pasta, ¿a ti no?

Preví que se cerraría a la conversación, en el momento que se dispone abrir la caja de donas y deja pasar el tema sobre su cabeza, tengo claro que será más intrincado de lo que esperé.

Toma una dona glaseada y le hinca los dientes como una fiera famélica. Se hace la desentendida, mastica y traga, pretendiendo seguir con la lectura.

—Sol, dame toda tu completa atención—exijo, pegando un porrazo al escritorio—. Estás embarazada.

Roba una servilleta de la bolsa y se limpia el borde de los labios con hosquedad, taladrándome con la mirada.

—Genial, ¿quién será el padre?—emite una risa sobrada de ironía—. Jódete, Eros, tengo un anticonceptivos...

—Desde hace tres años y diez meses—irrumpo su parloteo y por poco la comida cae de su boca—. ¿Tienes idea de todas las ocasiones que me he corrido dentro de ti el último año? Cientos, Sol, es una sorpresa que no ocurriese antes.

Su mirada se pierde en el techo, es probable que recordando o tratando de, calculando las mismas cuentas que he visitado estos días.

El cuello me pica de ansiedad, si me atrevo a tocarme la piel me la acabaría desgarrando. La teoría que he venido analizando desde hace una semana toma fuerza y congruencia cada puto latido. Es irreal, como protagonizar un escenario inverosímil que tenga a la mujer de mi existencia embarazada de mí y sea yo el de la tarea de informárselo porque podría ausentarse su menstruación y ella jamás lo notaría.

A veces lo olvido los alcances de su falta de perspectiva e introspección de Sol. Muchas veces va por la vida actuando como un espejo, mostrando el reflejo de los demás, evitando el suyo.

Finalmente lo considera, devuelve la dona mordisqueada a la caja con peligrosa lentitud.

—Eso dura cinco años.

Niego con la cabeza y me inclino hacia adelante, reposando los codos sobre la mesa.

—Dura tres, mi amor—corrijo—. Hace una semana vomitas todo lo que comes, tus mareos repentinos, malhumorada eres pero estos días has estado insoportable... Para los demás, para mí jamás.

The Right Way #2 Where stories live. Discover now