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"Every now and then, the stars align
Boy and girl meet by the great design
Could it be that you and me
Are the lucky ones?˝

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            Siete de la mañana. Refregar la cara en el antebrazo de Eros, manchado con  restos de mi maquillaje es lo que me ha mantenido despierta. Me arrebujo bajo el pesado saco de Eros, aunque me cubre del frío, el aire continúa colándose por la abertura de la pierna del vestido que sigue sujeto a mis curvas modestas, pues no he tenido el valor de moverme de aquí.

El mundo vuelve a girar sobre su eje, los pájaros entonan dulces melodías, flores crecen en el pantano, el sol sale de noche y la luna se roba el día. Debe ser a falta de descanso que lleva a mi cabeza a deformar mi percepción del entorno, pero después del pánico, el denso ajetreo, el ruido, el no definir si no quería oír a nadie para huir de las malas noticias o por el contrario, obligarles a contarme lo que sabían, puedo darme ese lujo sin ser juzgada por eso.

La boca me sabe a limón con amargo al recordar oír sobre los fallecimientos de Jamie y Bertha a través de una radio policial. No me brindó el aliento de alivio que esperaba, para nada. Lloré hasta quedarme sin lágrimas, hasta que la garganta me dolió y los ojos me ardieron. No era aflicción, era saber que la etapa del miedo acabó, de la forma más grotesca posible, pero al barajar opciones, no existían otras maneras.

No podría alegrarme de sus muertes, por mucho que quise, no pude y eso me enojó tanto que tuve vergüenza de mi misma.

En estas horas, la prenso enloqueció, perdieron el respeto que dudo alguna vez tuvieron, los celulares y correos de Sonia y Dalila colapsaron del centenar de ofertas, pidiendo que alguno de la familia rinda declaraciones, ofreciendo exageradas cantidades de dinero por una foto del bebé, del que aún no conocemos nombre.

Una amenaza de demandar por acoso, la policía corriéndoles de las instalaciones por obstrucción y desacato, ya no queda ninguno a la vista, al menos.

Entre Sonia y Dalila han desgastando la suela de los tacones, yendo y viniendo como gallinas descarriadas, puesto que nadie ha querido salir de esta habitación cinco estrellas de inmensos ventanales y aroma a antiséptico que espera por Hera y el bebé.

Ser entrometido es entretenido, hasta que te conviertes en parte del saco de intrigas.

Isis me ha enviado enlaces de noticias, la mayoría solo párrafos rellenos con mentiras para escandalizar, deducciones o comentarios asquerosos respecto a Hera, al no conocer el nombre del papá del bebé, nadie ha querido mencionar absolutamente nada por respeto a las decisiones de Hera, le han dado ese puesto a Jamie. Salí de la sección de comentarios con ganas de arrancarme los ojos, al leer el montón de historias que la gente se creaba en la cabeza y atrevía a escribir. Se superaban a medida que deslizaba la pantalla.

Ulrich tuvo el celular adosado a la oreja el tiempo que pasó aquí, Eros apagó el suyo y se desentendió del mundo. No ha abierto la boca ni para soltar un suspiro desde que me relató lo que vivió.

Hera entró en estado de shock en el camino a la clínica, subió con ella a la ambulancia, me contaba con horror y el semblante contraído por el dolor, que pensó que la perdería al ver sangre escurrir de su boca.

Perdió demasiada, Lulú, que no había ingerido ni una gota de alcohol, pudo volver a donarle.

La cesárea fue rápida, pero se sintió como una eternidad.

The Right Way #2 Where stories live. Discover now