Las fiestas, la ropa, los chicos, la fama, el dinero, la posición social y todos los demás placeres de los que puedo gozar. A mis cortos 16 años he vivido muchas cosas, nada malas por suerte. Padres millonarios y viviendo la vida que me merezco. Me...
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Ruggero se levantó inmediatamente muy nervioso.
Ruggero: ¡Señor, no es lo que piensa! ¡Ella se me lanzó encima y...
Javier: Ruggero, nos explicaste el incidente de la limusina y te creímos... Pero, ¡esto!
Ruggero: ¡Se lo juro! ¡Yo tomo en serio mi trabajo!
Javier: ¡Karol! ¿Es cierto lo que dice Ruggero?
Karol: Papi, yo me quite la ropa para bañarme y justo cuando iba a entrar al baño, él se me lanzó encima y yo grite.
Ruggero: ¡Eso no es verdad! ¡Tú te me lanzaste a mí! —se defendió.
Javier: Pasquarelli, no quiero que esto esté pasando en el internado todos los días.
Ruggero: No será así, usted sabe como es su hija y como soy yo. Conoce la fama de cada uno, por favor.
Mi padre me miró dudoso y miró a Ruggero.
Javier: Karol... ¿Te gusta Ruggero?
Karol: ¿Qué?
Javier: Ven —salió de la habitación y yo lo seguí.
Karol: ¿Qué pasa?
Javier: No me engañes, princesa.
Karol: ¡¡Papá!! ¡No me gusta! ¡Lo odio!
Javier: ¿Y por qué tanta pasión con ese “odio”?
Karol: ¿Cuál pasión?
Javier: Hagamos algo.
Karol: Amo tus tratos, siempre gano algo caro —sonreí.
Javier: Ve al internado voluntariamente...
Karol: Ok, nada vale eso... —me voltee.
Javier: ¿Ni vivir con Caro en cualquier país que quieras?
Karol: ¡¡¿Es en serio?!! —me emocioné.
Javier: Si —me tomó de las manos—. Tú vas a ese internado y te estás ahí por seis meses y cuando salgas te financio cada centavo que necesites para vivir sola.
Karol: ¿Qué pasa si no acepto?
Javier: ¿Te quieres quedar aquí sola mientras Caro está en el internado?
Karol: Ok, está bien... Iré.
Javier: Admite que vas porque no quieres dejar de mirar a Ruggero —me hincó las costillas.
Karol: ¡¡Papá!! —me voltee y entré de nuevo a la habitación y si, seguía semidesnuda. Ruggero estaba sentado en la cama, me miró cuando entré, hice un gesto con mi mano fingiendo un látigo y sonreí, Ruggero rodó los ojos. Me dí un baño y me envolví en una toalla y me vestí con un vestido.
