❌41❌

173 13 4
                                    

Karol: A un idiota que de seguro no me lo va a creer

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Karol: A un idiota que de seguro no me lo va a creer. ¿No me crees, cierto?

Ruggero: No.

Caro: Ruggero, lo que dice Karol es cierto.

Ruggero: 99 de cada 100 palabras que dice son mentira.

Karol: Entonces para que me preguntas si no vas a creer la respuesta.

Ruggero: Quería ver que tan cínica eres.

Karol: Como quieras llamarlo, aunque quieras negarlo sé que te atraigo —me acerqué a él provocativamente.

Ruggero: No niego que todavía sigo sintiendo algo por ti, lo que no me creo es que tú sientas lo mismo.

Karol: ¿Quieres que te lo pruebe?

Ruggero: ¿Cómo?

Abrí la puerta y lo empuje de la espalda hacia su habitación, lo tiré a la cama y enllave la puerta.

Ruggero: Esto no probara nada.

Karol: No me importa si te prueba algo o no, tengo que sentirte aunque sea por última vez —me lancé sobre él—. Anda, recházame. ¿Qué esperas?

Ruggero me miró a los ojos, dudo por un segundo y sin pensarlo me besó apasionadamente, rodamos y me dejó bajó su cuerpo, lentamente se deshacía de cada una de mis prendas, besaba cada parte de mi cuerpo tratando de memorizarlo. Me fui deshaciendo de cada una de sus prendas hasta que ambos quedamos sólo con nuestra entrepierna cubierta. En un momento inesperado subió hasta atacar de nuevo mi boca haciendo que soltara un gritito de sorpresa, luego fue bajando lentamente hasta mis senos para tomar uno entre su boca mientras masajeaba el otro con sus dedos, realmente estaba sorprendida de este chico. ¡Era un ángel cuando lo conocí! Estoy orgullosa de tí, dijo mi subconsciente, haciendo soltar una risilla pícara. Ruggero, reaccionando frente a mi acto, levantó su mirada y pude ver en sus ojos la calentura que le había provocado. Rápidamente giré sobre él, su sorpresa era bastante notoria en su mirada.

Karol: Mi turno —dije en un susurro que sonó más a un gemido.

Ataque fuertemente su boca para luego bajar hasta su cuello, donde le proporcioné una mordida que probablemente dejaría un moretón, si no lo volveré a tener, que se enteren que es de alguien más, pasé lentamente la punta de mi lengua por todo su pecho hasta llegar <hasta ahora> a la incómoda tela, levanté mi mirada hasta él en forma de pregunta, a lo que él respondió tomándome de mi cintura y poniéndose a horcajadas encima mío.

Ruggero: ¿Lo juras? —susurró lenta y amenazadora.

¿Qué? Jurar... ¿¡Ahora!? Que chico tan mata pasiones que tenía arriba mío.

Karol: Te puedo jurar con mi alma y mi cuerpo entero que realmente te amo.

Las palabras brotaban de mis labios sin siquiera pensarlo y antes de que yo pueda hacer algo me encontraba completamente desnuda y con él dentro mío. Por primera vez en mi vida me sentía completa, la sensación de tenerlo conmigo <No sólo en cuerpo, sino también en alma> era reconfortante, lo amaba y ya no lo podía negar. Empezó a deslizarse lentamente «Dentro, fuera, dentro, fuera» cada vez aumentaba la velocidad de sus movimientos llevándome rápidamente a la cima del orgasmo.

Karol: Te amo, si no quieres creerlo no lo hagas pero debía decírtelo —dije en un ligero susurro cuando mi respiración se normalizó.

Ruggero: Me tienes loco, Karol, loco de amor por ti.

Karol: Ese es mi trabajo.

Ruggero: Acepta cambiar, te lo pido... Por los dos.

Karol: Si tú no puedes aceptarme como soy, olvídalo. Te amo pero yo soy como soy, lo tomas o lo dejas.

Ruggero: Sólo te pido que cambies un poco, sé que no será de la noche a la mañana pero si te lo propones yo puedo ayudarte.

Karol: ¿Por qué me pides que cambie por tí? ¿Por qué tú no cambias y te comportas como yo? ¿Me estás condicionando?

Ruggero: ¡Por favor! Lo digo para que no caigamos en el círculo que tenemos siempre de turnarnos a matarnos.

Karol: Viviré con Giovanna en su apartamento, pero no te prometo esperarte mucho tiempo.

Ruggero: Sin embargo yo prometo esperarte cuanto sea necesario para que te des cuenta de el error que estás cometiendo, cuando te des cuenta que podemos ser felices juntos —rozó sus dedos en mi mejilla.

Karol: ¿No te parece suficiente que te ame?

Ruggero: Lo mismo digo.

Karol: Tú muy bien sabías como era yo, mi personalidad y las formas que hago las cosas, veo que no llegaremos a nada —dije vistiéndome.

Ruggero: Entonces... ¿Esta es nuestra despedida? —se volteó. Yo contenía una lágrima y tomé todo mi orgullo para decirle esto.

Karol: Adiós, Ruggero... Por siempre —salí de la habitación y comencé a llorar como una tonta.

Maldito Ruggero, como pudiste hacerme esto, como vienes y haces lo que quieres con mi corazón, nadie nunca había entrado y vienes tú de la nada y me enamoras como quieres y ahora me abandonas. Siempre supiste como era yo y aún así entraste en mí, te adueñaste de mi cuerpo, mente y mi alma. Me levante y entré a la habitación, todas ya estaban dormidas, yo me recosté tal y como estaba y comencé a tragarme las lágrimas que explotaban en mis ojos. Luego de tantos recuerdos y lágrimas logré quedarme dormida hasta que...

Giovanna: ¡Arriba! Vas de mal en peor, con cada faje te debilitas más.

Karol: ¿Quién te dijo que fajé?

Giovanna: Hueles a los líquidos de Ruggero.

Caro: ¿Cuáles líquidos?

Giovanna: Su saliva... Su sudor... Su sentimiento —dio una carcajada.

Karol: Muy graciosa, si huelo a eso estaba rico y... ¿Qué?

Giovanna: Ve a bañarte y vestirte porque te juro que oliendo al sentimiento de Ruggero vas a inundar mi apartamento.

Karol: Semen, dilo, no sentimiento —me levante y Giovanna dio una carcajada, terminé de vestirme y baje las escaleras con Giovanna, Caro y Natasha.

Caro: ¿Estás segura de esto?

Karol: Él me buscara, lo sé.

Caro: Está bien, ya llegaron mis padres, cualquier cosa me tienes —me abrazó y se fue.

Giovanna: En cualquier momento llega la limo. ¿No quieres despedirte de él?

Ruggero estaba parado en la puerta despidiendo a cada una de las que pasaba.

Karol: No —mi voz se quebró.

Giovanna: Allá está. Vámonos —me tomó de la mano y nos dirigimos a la puerta, Ruggero mantenía su vista al suelo.

Ruggero: Adiós, Giovanna.

Giovanna: Adiós.

Karol: Adiós, Ruggero —me detuve.

Ruggero: Adiós... —se volteó. Noté que limpio una lágrima de su ojo, esto causó que a mí me saliera una.

Giovanna: Wow.

Karol: Vámonos —caminé hasta la limo. Giovanna abrió la puerta y entró, yo estaba a punto de entrar cuando alguien tomó mi brazo.

Ruggero: Espera...

Niña Mal Donde viven las historias. Descúbrelo ahora