Niña Mal

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Maratón 3/4

Agustín: Con cuarteto y todo —todos reímos excepto Ruggero, no le había causado gracia pues era el único que lo tomó en serio.

Karol: Sólo está bromeando —le susurre en el oído.

Ruggero: No me gusta.

Agustín: Sólo hay un pequeñísimo inconveniente.

Caro: ¿Qué pasa?

Agustín: Sólo hay una habitación.

Karol: Fácil; Caro y tú duermen en el sofá y Ruggero y yo en la habitación.

Caro: Oye, ¿a ti como te dicen?

Karol: La mayoría de las veces me llaman Karol.

Sonreí.

Agustín: A la moneda.

Ruggero: ¿Por qué no sólo dividimos la habitación en dos?

Karol: Tiene razón.

Subimos a la habitación, era lo suficientemente grande para dividirla pero había un problemita.

Caro: Lo malo será que escucharemos los gemidos ajenos.

Karol: Ok, no podemos dormir aquí los cuatro, debemos hacer algo al respecto.

Agustín: ¿Por qué no le dices a tu papá que nos consiga otra casa?

Karol: ¿Con dos habitaciones? No estará de acuerdo.

Caro: Tendremos que hacer otra habitación en el living, de todos modos no recibiremos visitas.

Agustín: Nos turnaremos la habitación.

Ruggero: Esta noche es de Karol y mía. Adiós —me tomó de la mano y corrimos hacia la habitación.

Caro: ¡Eso no es justo!

Ruggero y yo nos lanzamos a la cama.

Ruggero: Ese tipo sigue sin agradarme.

Karol: Pues tendrán que aprender a llevarse ahora que vas a vivir con él.

Ruggero: Karol, debemos pensar en algo. No pasaremos el resto de nuestras vidas en esta farsa.

Karol: Luego pensaremos en esto, al menos tenemos un año para arreglarnos.

En eso entraron Agustín y Carolina.

Caro: Te dije que todavía no estaban haciendo nada.

Agustín: Si pero no me desnudaré afuera.

Karol: ¿Qué les pasa?

Caro: Agustín y yo hicimos una apuesta. ¿Y ustedes?

Ruggero: Nosotros pasaremos el día fuera.

Agustín: ¿Sin nosotros?