Las fiestas, la ropa, los chicos, la fama, el dinero, la posición social y todos los demás placeres de los que puedo gozar. A mis cortos 16 años he vivido muchas cosas, nada malas por suerte. Padres millonarios y viviendo la vida que me merezco. Me...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Karol: ¿Por Chiara?
Ruggero: Así es, no dejaré que le pase nada a mi hija.
Karol: Entiendo, un mes.
Ruggero: Ok —salió.
No me importaba que Ruggero se fuera, al menos estaba segura que Itzitery estaría segura, yo estaba imposibilitada durante treinta días que era lo que duraba la cicatrización, mientras debía cuidar de Gastón.
Me dieron de alta en el hospital y pasé treinta días sin ver a Ruggero, mientras cuidaba de mi pequeño, era tan lindo, tan frágil. Me sentía tan débil ante él, algo que nunca había sentido, él se miraba tan vulnerable, pero más bien era yo la que se hacía débil con tenerlo en los brazos. Llegó el día treinta, mis bebés cumplían un mes y yo no podia estar cerca de una de ellos, mi teléfono sonó.
Ruggero: ¿Cómo está Gastón?
Karol: Bien... ¿Cómo está Itzitery?
Ruggero: Hermosa.
Karol: ¿Y Chiara?
Ruggero: Está aquí.
Karol: ¿Me la pones?
Ruggero: Quiere hablar contigo.
Chiara: Yo no quiero hablar con ella.
Ruggero: Por favor.
Chiara: Está bien, ten a Leah.
Karol: ¿Leah?
Chiara: Así es, Ruggero y yo tenemos una niña llamada Leah.
Karol: Eres una desquiciada, mi hija se llama Itzitery.
Chiara: ¿Ibas a decirme algo?
Karol: Quiero hacer un trato contigo.
Chiara: No te daré a la bebé.
Karol: No quiero que mi hija crezca lejos de su hermano... Quiero entregarte a Gastón.
Chiara: ¿Qué?
Karol: Así es, Ruggero cuidará muy bien de ambos, sólo quiero lo mejor para ellos... Así tendrás algo que... Te una más a él.
Chiara: ¿Cómo me lo darás?
Karol: Yo misma iré a dejártelo, sólo te pido que me dejes ver a la niña una vez.
Chiara: Está bien, te espero en una hora y si traes a alguien tu niña lo paga —me dio la dirección.
Salí como loca y llegué a aquél lugar. Ruggero abrió la puerta, yo me lancé sobre él y lo abrace, él me correspondió.
