Las fiestas, la ropa, los chicos, la fama, el dinero, la posición social y todos los demás placeres de los que puedo gozar. A mis cortos 16 años he vivido muchas cosas, nada malas por suerte. Padres millonarios y viviendo la vida que me merezco. Me...
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Caro: ¡¡Qué!!
Giovanna: Obvio que te gusta por eso haces todo eso con él.
Caro: Giovanna, a Karol nunca le ha gustado nadie en su vida.
Giovanna: Ya entiendo... Tienes miedo a...
Karol: ¡¡No lo digas!!
Giovanna: O es que ya estás...
Karol: ¡Giovanna, cállate!
Giovanna: Enamorada.
Karol: ¡¡No!! Jamás digas eso, yo no me enamoro. ¡Nunca! ¿Comprendes? Esto es sólo un juego, sólo lo necesito para destruirle la vida a Chiara y para poder salir de aquí.
Giovanna: Como digas, corazoncito.
Caro: Debemos bajar, tenemos una práctica de modales.
Karol: Ash.
Bajamos al gran salón, se me retorcian las tripas de hambre y peor aún, la bilis se me derramó al ver a Chiara. Ruggero entró a los segundos.
Ruggero: Buenas... Tardes —me miró.
Karol: ¿Ruggero da la clase?
Giovanna: Si.
Ruggero: Primero que nada se acerca la gran cena con los empresarios que donan a la institución. Eso significa que deben aprender para las nuevas internas y recordar para las antiguas las reglas del protocolo de eventos. Para eso necesito dos voluntarias. Una nueva interna y una antigua.
Todas levantaron las manos, excepto yo.
Ruggero: Carolina y... Chiara —ambas se levantaron y se pararon a la par de Ruggero—. Ahora, hay reglas básicas de comunicación en eventos sociales. La primera es las reglas de etiqueta en la mesa.
Giovanna: ¿En la mesa? Mejor en la cama —todas rieron.
Ruggero: Giovanna, deja de juntarte con Karol —bromeó.
Chiara: ¿Podemos comenzar?
Ruggero: Si —acercó dos sillas—. Carolina. Siéntate —se sentó.
Chiara: Eso no se hace así.
Ruggero: ¿Quién da la clase? ¿Tú o yo?
Karol: Sobate que eso dolió.
Chiara: ¿Por qué no le dices nada a ella?
Ruggero: Chiara, por favor. Muéstrale a Carolina como se debe sentar.
Chiara: Primero, no se deja caer como si fueras un saco de papas, te sientas con delicadeza y sin hacer un alboroto.
Karol: Carolina, te estás equivocando, no hagas tanto ruido. Es sentarse no simular a Chiara en las noches con las verduras —si, todos rieron.