Un ejército de humanos pertenecientes a la inquisición contra cuatro jóvenes que quieren acabar con ellos. Una promesa de amor y el descubrimiento de una vieja alma perdida.
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SEGUNDA NOVELA DE LA TRILOGÍA: "LOS BRU...
20 de julio de 1995: El regreso de la antigua Bridget Jones
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Ella nunca había necesitado de un hombre. Por años había creído que sí. Pero ahora lo sabía. Lo único que necesitaba era tenerse a ella misma.
Eso pensaba mientras caminaba por los calcinados pasillos del orfanato, con las manos rodeadas de lenguas de fuego escarlata. Con esas pintas bien podría ser una bruja. Llevaba el mismo vestido blanco rozando sus talones descalzos. Las telas color perla estaban manchadas de fuego. Su piel estaba más sana que nunca, como si el fuego de Baudelaire le hubiese hecho renacer.
Lo único que se escuchaba era el sonido del fuego crepitando en sus dedos, en las paredes y sus pies rozando el mármol del suelo.
Lo sabía. Por puro instinto había viajado hasta aquel día. Hasta el día en el que Deméter supuestamente murió.
Sus ojos ardían. Pero no sabía decir si era por rabia o profunda admiración. Admiración por lo que había hecho Demetrie con su hermana.
Necesitaba respuestas. Necesitaba volver en sus pasos y comprender por qué había pasado todo aquello por alto.
El orfanato, que más tarde o más antes se convertiría en la academia Noctum, estaba en silencio. Solitario. Bridget tomó una bocanada de aire.
Era increíble la nueva sensación. Los recuerdos. Los poderes. Todo había regresado a ella, como si la hubiese golpeado una ola de sentimientos.
Ya no había más de Bridget Jones huérfana dentro de ella. La maldad que había residido en su interior desde años atrás se apoderó de ella.
Estaba renaciendo de entre las cenizas.
Sus pies la condujeron hasta el umbral del pasillo. En medio de la luz del fuego y de los platinos rayos del sol, la encontró.
Estaba tendida en la misma posición que la había dejado hacía semanas. Con los brazos a sus costados y los dedos torcidos. Su rostro estaba congestionado en una leve sonrisa. Había lagrimas secas en sus mejillas, las que Bridget había depositado con tristeza tantas noches atrás.
Cuando la abrazó, en medio del fuego, y la besó.
Sintió su cuerpo tensarse. Esa era la escena del misterio que quería desentrañar.
¿Qué había hecho Demetrie?
¿Cómo había podido fingir la muerte de Deméter siendo él mismo y huyendo a su vez con Bridget?
Se acercó a paso lento. Anhelaba encontrar la información y adueñarse de ella.
Sus pasos resonaron, fríos y secos.
Un leve movimiento le indicó algo. Los parpados de Deméter bailaban, como si tuviese pesadillas. Sintió un remolino dentro del estómago y corrió en silencio hasta esconderse tras una mesa volcada.
