Un ejército de humanos pertenecientes a la inquisición contra cuatro jóvenes que quieren acabar con ellos. Una promesa de amor y el descubrimiento de una vieja alma perdida.
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SEGUNDA NOVELA DE LA TRILOGÍA: "LOS BRU...
9 de agosto 1868: Clase de runas y una inesperada resolución.
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No estaban en el abarrotado teatro de siempre, la clase de runas se efectuaba, normalmente, al amanecer. Cuando el sol se encontraba en lo más bajo del cielo, en medio del círculo de piedras que residía en el patio trasero. La maestra encargada de impartir la clase era la señora Smitt. Una mujer bajita con cortinas de cabello canoso y negro. Se entretejían en su cabeza como telarañas bajo el sol matutino. Bridget se encontraba en medio de Joyland y Demetrie, Joy había decidido que aquel día volvería a clases, con las excusa de que quería molestar un poco a Bridget, sin embargo, la chica creía que se debía a otras circunstancias.
Bridget se mantenía quieta, en silencio y observando los movimientos de sus compañeros. Smitt hablaba sobre la importancia de las runas en los rituales y esas cosas. Bridget tenía conocimiento de todo cuanto la mujer decía, en el pasado había leído todos y cada uno de los libros prohibidos de la biblioteca.
-Brid-una voz junto a su oído la hizo girarse. Los negros ojos de Joy brillaban contra la ligera luz del sol, tornándolos de un extraño color dorado. Bridget frunció la frente y se cruzó de brazos-¿Más tarde puedes venir a mi sótano? Tengo algo para ti.
Bridget entrecerró los ojos.
-Suena como algo que haría un asesino serial.
Joy sonrió de medio lado.
-Te va a gustar.
Bridget asintió, dando por sentado que se reuniría con él al acabar su clase diaria. Su atención volvió al frente y encontró a Smitt caminando alrededor de una de las gigantescas piedras, con su daga revoloteando en la mano.
Era un amplio patio, con un largo sendero empedrado y una arboleada oscura. Estaban en medio de todo aquello, sobre una colina de verde césped húmedo por la brisa mañanera, y estaban rodeados por aquellas piedras con altos tamaños peculiares.
-Las runas fueron creadas por las brujas del primer aquelarre que existió, en la mismísima ciudad infernal. Una de esas brujas era quien poseía las visiones de Lilith, la creadora de las primeras mujeres poderosas. Una de ellas poseía la visión, podía crear símbolos que distribuyeran el poder del aquelarre entre todas las integrantes, haciéndose fuertes y uniéndose en una hermandad. Dejaron como legado estos elegantes símbolos, y hasta el día de hoy nos han salvado de muchas situaciones que podrían terminar en una fatídica muerte-Smitt tambaleaba el mango de la daga entre sus dedos, mirando a los presentes con rostro inquisitivo. Cuando sus ojos encontraron a Bridget, estos se oscurecieron como llamas bajo la lluvia torrencial-. Usted, más que nadie en este instituto de artes oscuras, debería de saberlo, señorita Jones.
Bridget sintió un escalofrío bajar por su espalda. Una ligera gota de sudor helado. Sintió las miradas de todos perforando su cuerpo, era como estar desnuda por un momento. Demetrie y Joy fruncieron el ceño.
