Un ejército de humanos pertenecientes a la inquisición contra cuatro jóvenes que quieren acabar con ellos. Una promesa de amor y el descubrimiento de una vieja alma perdida.
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SEGUNDA NOVELA DE LA TRILOGÍA: "LOS BRU...
7 de agosto de 1868: noche de películas con el profesional pelinegro.
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-¿Por qué mierda saldría un demonio del círculo de protección?-preguntó Joyland en medio del pasillo. Bridget y Dem habían encontrado al chico vagando por los alrededores al salir de su clase de rituales. Joy estaba ataviado en una larga túnica negra y llevaba la pintura alrededor de los ojos recién colocada. Se veía excepcionalmente hermoso, arrebatador y despiadado.
Era como si lo que hubiese sucedido el día anterior jamás hubiese pasado. Se le veía tranquilo, pero Brid temió que todo aquel montaje se debiera al simple miedo del demonio de revelar lo que realmente sentía. Sabía que se estaría aferrando a sus preciados números en todo el trayecto.
Joyland Jedenth casi había muerto la noche anterior, y sin embargo, se veía como si estuviese listo para tener una cita.
-Simple-respondió Bridget-Accidentalmente olvidé emplear la runa de protección.
Demetrie y Joyland se frenaron de golpe. Los negros y azules ojos la atravesaron de pies a cabeza. El rostro de Joy se veía burlón, el de Demetrie, por otro lado, se veía terriblemente preocupado.
-¿De qué hablas?-preguntó Demetrie-Nadie olvida emplear esa runa.
Brid sonrió lentamente.
-Nadie que tenga un juicio sano-aseguró Joy. Sus rizos negros se ondulaban sobre su nuca. Brid tuvo las inmensas ganas de acariciarlos, pero apretó los puños junto a sus caderas para evitar cualquier tentación que pudiese apoderarse de ella.
-Los tres sabemos que carezco de eso-replicó Bridget.
-¿Lo hiciste a propósito?-preguntó Demetrie. Algo en su tono se mostraba ofendido. Brid lo comprendía, se había preocupado por ella.
-Necesitaba una bienvenida adecuada.
-¿Arriesgando tu vida?-preguntó Demetrie, sin atreverse a continuar el camino. Joy se cruzó de brazos y soltó un bufido.
-No estaba arriesgando mi vida. Sabía lo que hacía-replicó Bridget, moviendo los pies y alejándose de los chicos. Joyland se percató de aquello y corrió tras ella. En un movimiento sutil pasó su delgado brazo sobre los hombros de la joven y le dio un cálido medio abrazo mientras la acompañaba a caminar.
Demetrie, confuso, los siguió.
-Esa es mi pelirroja-susurró Joy contra su oído, lo suficientemente bajo como para que solo Bridget lo escuchara.
-No soy tuya-aseguró Brid, mirándolo por el rabillo del ojo. Sin embargo, ella sonreía. Brid le dio un golpecito con el brazo y Joyland se apartó de ella, pero no demasiado.
-Iremos a ver una película, Dem y yo-dijo Joyland-¿Quieres acompañarnos?
-¿Cuál verán?
-Algo sobre guerra, sangre y demonios-dijo Demetrie, alcanzándolos y caminando junto a los chicos.
