Capítulo 13

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Vuelvo a la cafetería y Caden ya no está. Diviso a Dani, sentada leyendo y voy hacia ella.

—Hey, tú, desaparecida —me dice con una pequeña sonrisa. Nos saludamos con un abrazo y me siento a su lado —¿Estás bien? Te ves un poco... enojada.

—Estoy bien —asiento aunque no es del todo cierto —Estuve con unos problemas personales. Por eso falté tanto.

—¿Necesitas ayuda con algo? —inquiere con preocupación.

—No, Dani, gracias. Tú, ¿cómo estás?

—Estoy bien —ella suspira y cierro el libro que estaba leyendo —Estoy algo confundida.

—¿Qué pasó?

—Michael —su voz se suaviza al decir su nombre —Él... me invitó a salir.

—¡Oh, por Dios, Dani! —exclamo haciendo que varias personas se giren a verme —¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Dónde?

—Ayer, vino un rato a la biblioteca y nos quedamos hablando de un libro —sus mejillas enrojecen de forma instantánea. Es tan tierna —Y él dijo que... que llevaba tiempo queriendo invitarme pero que no se animaba y que sería un honor que yo aceptara. Pero que si no aceptaba, él lo iba a comprender porque sabe que no tiene una reputación muy buena entre las mujeres...

—No creo que sea peor que la de Caden —murmuro.

—¿Cómo has dicho? —me pregunta.

—No, nada —niego efusivamente —Continúa.

—Bueno, ya sabes que la realidad es que estoy loca por él —dice nerviosa —Y le dije que sí. Así que saldremos esta noche a cenar y al cine... Y creo que voy a morir de los nervios que tengo.

—Tranquila, cariño —tomo su mano y la aprieto —Será una cita fabulosa porque Michael es un gran sujeto.

—Es que... Gwen, yo —se acomoda los anteojos y toma una respiración profunda —Nunca he tenido una cita. No sé qué ponerme, no sé qué decir, no sé nada.

—No te preocupes por la ropa. Yo te ayudaré a elegir el atuendo —le digo —Y después el resto... nada de eso importa, Dani. Sólo sé tú misma. Eso es lo que lo tiene loco a Michael. Tú.

Dani y yo hablamos animadamente y le prometo que iré a su habitación en el campus, después de clases. Vuelvo hacia el aula y noto que tengo varios mensajes de Allie. Ya ha llegado a la Universidad y está por entrar a clases. Estoy a punto de salir corriendo del aula para ir a buscarla, cuando una figura femenina se pone en mi camino.

—Necesito hablar contigo —me dice Amanda.

—No tengo tiempo, ni ganas —le aseguro —Permiso.

Ella no se aparta de mi camino. Suspiro y la miro con resignación.

—Realmente, no logro entender que ve él en ti —me mira de arriba abajo y me dan ganas de volver a tirarla al suelo.

—De verdad, Amanda, deberías considerar el buscar ayuda psicológica. Tú no estás bien —me río entre dientes —Ahora, hazte a un lado.

—Te dije que te mantuvieras alejada de Caden —dice entre dientes, como si estuviera conteniendo la rabia. Hay personas a nuestro alrededor, así que creo que no quiere armar un show —Yo soy la indicada para él.

—Estás completamente loca —le aseguro y avanzo para caminar. Pero ella pone sus manos sobre mis hombros.

—Es mejor que hagas lo que digo y dejes a Caden en paz —me dice entre dientes. En ese momento, mi mirada encuentra al Rey de Roma, detrás de ella —Te lo advierto...

Peligrosa AtracciónWhere stories live. Discover now