Capítulo 7

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La noche llega y mi padre me pasa a buscar por mi departamento. A pesar de que no me gusta asistir a eventos en dónde la alta sociedad se codea, me he vestido acorde al tema. Un vestido costoso y un peinado alto, combinan a la perfección. Mi padre me dice que estoy hermosa y besa mi frente mientras abre la puerta del auto para mí.

Llegamos al lugar e ingresamos. Es un maravilloso evento, en un lugar muy bien decorado. Me muevo entre las personas, colgada del brazo de mi padre. Él me presenta gente a la que me veo obligada a sonreír. Cuando ya me siento algo agobiada le digo a mi padre que me disculpe y escapo hacia el baño. Allí me retoco un poco el maquillaje y juego un poco con mi cabello. Quiero tardar tanto como sea posible.

Cuando vuelvo al salón en busca de mi padre, no está en dónde lo deje. Lo busco con la mirada y está hablando con dos hombres. Uno de ellos me es terriblemente familiar, pero no puedo estar del todo segura. Me aproximo a ellos.

—¿Papá? —inquiero. Él gira y mi atención se posa en el hombre que está a su lado.

No puedo creerlo. Es Caden.

—Aquí estas —dice mi padre y me da el brazo. No puedo apartar la mirada de Caden —Me encontré con este maravilloso joven, compañero tuyo, y su padre.

Le digo hola al otro hombre pero ni siquiera lo miro. Caden se ve demasiado bien con traje. Su imagen de rebelde no está allí en su aspecto, pero perdura en su mirada. Mi padre y el suyo se hacen a un lado y Caden me sonríe.

—¿Sorprendida?

—¿Dónde se supone que tienes metido al rebelde sin causa fanático de Marilyn Manson? —le pregunto divertida —¿Y qué haces aquí?

—Sabía que verme te haría sonreír así de lindo —coquetea conmigo —El rebelde sigue aquí, debajo de todo esto y estoy aquí porque mi... padre necesita presumir de su precioso hijo.

Giro la cabeza para mirar unos segundos al padre de él y parece un hombre bastante serio. Caden se parece un poco él, quizás es un poco más alto y más atlético y no tiene sus ojos, pero se ven familiares.

—Parece un hombre muy formal —le digo y lo miro de nuevo. Él sonríe, pero no parece contento con mi observación.

—Es un hombre común —asiente. Pero noto la incomodidad en él. Al parecer no tiene una muy buena relación con su padre —¿Y tú que haces aquí?

—Papá me pidió que lo acompañara, y no puedo decirle que no a papá —le digo divertida.

—Seguro vas a ganarte el cielo —se acerca un poco más a mí y su mano se apoya en la parte baja de mi espalda —Vamos a buscar algo para tomar.

Nos acercamos a una de las mesas de cocteles. Me pido algo fresco, mientras que Caden decide tomar un poco de champagne. Volvemos la atención a la gente.

—¿No te dan ganas de arruinar absolutamente todo este lugar? —pregunto sin darme cuenta.

—¿Por qué? —quiere saber él.

—Míralos, tan elegantes y despreocupados —no importa si sabe lo que pienso. Creo que él piensa lo mismo —Puedo asegurarte que ninguna de estas personas se interesa realmente en ayudar al otro. Sólo les interesa conseguir más y más dinero, y luego poder presumir eso.

—Nosotros somos partes de este mundo —dice y parece algo descontento con eso.

—Lo sé, pero no lo presumo. Estoy aquí porque me lo pidieron, sino jamás hubiese venido. Preferiría estar en casa, mirando una película y comiendo helado.

—Es verdad. Estar aquí un viernes apesta —deja la copa vacía sobre la mesa y me mira intenso —¿Te parece si nos escapamos un momento?

—¿A dónde? —inquiero mirando alrededor. La idea es buena.

Peligrosa AtracciónWhere stories live. Discover now