Capítulo 24

5.2K 284 6
                                    

Después de bailar un rato, Caden, me pregunta si puede sacar a bailar a mi abuela. Le digo que sí y observo como se acerca a ella.

Creo que está cumpliendo con sus palabras. Está siendo completamente encantador con mi abuela. Ella se ríe cuando él la hace girar y todos se emocionan por ello. La abuela llevaba bastante tiempo sin reírse de esa forma.

—Oye, Gwen —giro la cabeza para ver a Rita, una de mis primas, hija de mi tía Gabriella —¿De dónde lo sacaste?

—Es demasiado perfecto —agrega Marion, su hermana menor, apareciendo en mi otro costado.

—Vamos juntos a la Universidad —les cuento mientras vuelvo mi atención a él y la abuela —Y sólo es mi amigo.

—Yo también quiero un amigo que me mire de la manera en la que él te mira —asegura Rita con una sonrisa cómplice —Y tú también lo miras de forma especial.

—Sí, no somos tontas —Marion me da una suave palmada en el brazo —¿Qué estás esperando para atraparlo? No creo que sea de los que está solo mucho tiempo.

—No, chicas, no es de esos —me río —Tiene un largo prontuario a cuestas.

—Tú podrías ser la última —exclama Rita.

—Sí, ella tiene razón —asiente Marion —Él te mira como si quisiera que fueras la última.

La mirada de Caden se encuentra con la mía en la distancia, después de que mi prima dice eso. Me entrega con una pequeña sonrisa seguida de un guiño, mientras balancea a mi abuela entre sus brazos. Sé entonces que quiero ser la última.

Nos despedimos de todos y abandonamos la fiesta. El efecto de todo el vino que he tomado ya ha casi desaparecido, pero todavía me siento un poco ligera.

El viaje hasta mi casa está cargado de risas. Caden asegura que mi abuela le propuso matrimonio, y que lo celebrarían a escondidas mías y del resto de la familia.

—Eso no es cierto —le digo divertida —Mi abuela es mujer de un solo hombre.

Mi abuelo Sean, era un hombre maravilloso. Él y la abuela eran esas parejas de para siempre. Lamentablemente, él falleció hace tres años. Mi abuela no ha sido la misma desde entonces, por eso estoy agradecida con Caden por las risas que le ha sacado esta noche.

—Lo sé —dice él dejando de lado la risa —Me ha hablado de tu difunto abuelo. Al parecer era un hombre estupendo.

—Lo era —asiento —Le hubieses agradado.

—Yo le agrado a toda tu familia —presume orgulloso.

—Todavía no entiendo por qué —bromeo.

El auto se detiene y giro la cabeza unos instantes para ver que ya hemos llegado. No quería llegar todavía. Quería que este recorrido fuera más largo. Vuelvo mi atención a él y le sonrío porque no se me ocurre que decir.

—Gracias por dejarme ir contigo —me dice entonces.

—Gracias a ti por haber hecho tan feliz a mi abuela —sé que tengo que despedirme y bajarme del auto. Así que suelto el cinturón y tomo la manija para abrir, pero mi cuerpo no hace ademán de salir. Me volteo a verlo de nuevo —¿Te gustaría subir a tomar un café?

¿Qué estoy haciendo?

En realidad es una pregunta estúpida. Sé muy bien lo que estoy haciendo. Simplemente no puedo dejarlo ir, no quiero. Por primera vez en mi vida, creo que siento algo importante por otra persona, más allá de mis padres.

—Dijiste que no eras buena preparando café —dice.

Frunzo el ceño unos instantes, confundida por sus palabras. Pero entonces recuerdo que le dije eso antes de que renunciara a la agencia de mi madre.

Peligrosa AtracciónWhere stories live. Discover now