Capítulo 48

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El auto se detiene frente a la clínica. Miro a mis padres que han estado en completo silencio desde que salimos de su casa. Sé que han discutido un poco, principalmente por el motivo por el cual estamos aquí.

Verónica.

Hoy es mi día de graduación. Al fin, después de tantos semestres y exámenes, al fin he terminado una carrera. Y he decido que quiero llevar a mi madre biológica conmigo. Papá no lo ha tomado tan bien, desde que se enteró que he tenido contacto con ella en los últimos años y que mamá no le dijo nada cuando lo supo, ha estado intratable.

—Por favor —les hablo a ambos —Es un día muy importante para mí. No quiero que estemos peleados.

—No estamos peleados, cielo —me asegura mamá —Este es tu día, y estamos muy orgullosos de ti.

Clavo la mirada en mi padre, que sigue con la vista fija al frente y las manos sobre el volante. Suela un suspiro y al fin me mira.

—Sé que no te gusta la idea de que ella venga —le digo y alzo la mano para acomodar el cuello de su camisa —Pero es importante para mí llevarla. Ella... es mi madre también. Y la quiero.

Él me sostiene la mirada por unos cuantos segundos. Noto como el enojo retrocede, su cuerpo se relaja, su mano palmea la mía.

—Ve por ella, alma mía.

Bajo y me dirijo hacia el edificio de cuatro pisos en dónde Verónica ha estado viviendo los últimos meses. Ingreso y enseguida me cruzo con Charlie, una de las enfermeras de Verónica.

—Hola, Gwen —me saluda contenta —Que linda estas.

—Gracias —le devuelvo la sonrisa —¿Verónica está lista?

—Sí, iré por ella.

—No —la detengo antes de que avance más —Yo iré.

Sé bien cuál es el camino hacia las habitaciones, ya he perdido la cuenta de la cantidad de veces que he venido a verla en el tiempo que lleva aquí.

Toco dos veces y escucho su voz dando el permiso. Me asomo y su rostro se ilumina. Cuando ingreso del todo y ella me ve con el vestido que me ayudó a elegir, sus ojos se llenan de lágrimas.

—Te ves tan hermosa —dice llorosa.

—No llores —le pido divertida mientras me acerco para abrazarla.

—Lo siento —se restriega los ojos, alejando las lágrimas y sonríe —No puedo creer que yo esté viviendo este día contigo, Dolly. Jamás lo imaginé.

—Claro que lo imaginaste —acomodo un mechón de su cabello detrás de su oreja. No sé por qué, pero siento que este día será memorable para mí y para ella —Siempre imaginaste lo mejor para mí.

Ella asiente, creo que no sabe que decir a mis palabras. Toma su abrigo y salimos, se nos está haciendo tarde. Nos despedimos de todas las enfermeras y vamos hacia el auto. Le abro la puerta y me deslizo a su lado cuando se acomoda. Verónica saluda a mis padres con amabilidad. Papá se muestra respetuoso, pero algo indiferente, mientras que mamá le da conversación.

Miro la hora en mi teléfono, se nos ha hecho un poco tarde. Me coloco la túnica y preparo mi birrete. Me llega un mensaje de Judith, la abuela de Caden, diciéndome que están en camino, pero hay mucho tráfico y quizás lleguen tarde.

Cuando estacionamos, bajamos y al instante me encuentro con Allie y Dani. Mis amigas me abrazan con fuerza y me obligan a mostrarles mi vestido.

—Te ves muy bien, nena —me asegura Allie.

Peligrosa AtracciónWhere stories live. Discover now