Capítulo 25

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Sábado

Estoy completamente hundida en medio de la cama. Creo que no saldré jamás de este lugar.

Domingo

Ni si quiera me he levantado para bañarme. Simplemente quiero desaparecer de este asqueroso planeta.

Sigo esperando un mensaje o lo que sea de él.

Lunes

Hoy no he dejado de llorar. Es como si algo se hubiese roto en mi interior y tuviera una gran pérdida de líquido salino a través de mis ojos.

La puerta de mi habitación se abre de repente y me sobresalto un poco. Miro a través de las sábanas y mantas a Allie que se acerca lentamente. Ella no pudo venir el sábado en la mañana, no consiguió a alguien que la trajera desde la casa de sus padres, que queda bastante lejos. Se sienta en el borde de la cama y me observa.

—¿Por qué no contestaste mis llamadas? —me pregunta —Podríamos haber hablado por allí…

—No quiero hablar —digo por lo bajo.

—Nena, ¿qué pasó? —ella toca mi frente y su ceño se frunce —¿Tienes fiebre?

—No, no, sólo estoy demasiado abrigada y mi piel está caliente —le aseguro —Estoy bien.

—No, no estás bien —dice preocupada —Mírate. Pareces un trapo. ¿Hace cuánto que no te bañas?

Vuelvo a romper en llanto. Hundo el rostro en la almohada, para intentar aplacar los sollozos. Él no ha llamado, no ha aparecido, no dado señales de vida. Y a cada segundo que pasa, se siente peor. La verdad es cada vez más real. Yo sólo he sido una más.

Allie se acerca y me abraza. Eso hace que mi llanto se intensifique. Pero quiero dejar de llorar, quiero dejar de sentir así. Ya no quiero que duela.

Me calmo. Después de muchos minutos, pero al fin me calmo. Me acomodo derecha en la cama y observo el rostro preocupado de mi mejor amiga.

—Tuve sexo con Caden —le digo entonces.

—Maldita sea… ¿lo hicieron? —inquiere. Asiento, apretando los labios para contener las lágrimas —¿Y qué pasó? ¿Fue bruto? ¿Te hizo daño… por eso estás así?

—No, Allie —niego al instante porque eso es absurdo —Él no me obligó a nada. Yo quise hacerlo, yo… Dios, soy una estúpida.

—Estás enamorada de él —adivina entonces.

—Allie, ¿Qué voy a hacer ahora? —pregunto asustada.

—Nena, eso es genial —sonríe ella —¿Por qué estás así?

—Porque él se fue —digo entonces.

Su sonrisa se desvanece lentamente. Frunce el ceño como si no comprendiera del todo mis palabras.

—¿Cómo que se fue?

—Se fue, Allie. Me desperté y no estaba aquí. No dejó una nota, no ha llamado, no ha escrito un maldito mensaje. Nada. Él se fue después de follar conmigo —la garganta se me cierra al decir eso y sobre el dolor puedo sentir la rabia —Al fin consiguió lo que quería de mí y ahora va a continuar con su gloriosa vida de soltero empedernido.

—No, nena, no creo que eso sea así…

—¡Claro que es así! —exclamo furiosa —¿No lo ves? Él ha hecho esto toda su vida. Las folla y las deja… no hay nada más para él. Y yo ahora soy parte de eso, ¿entiendes? Y yo dije que no lo iba a ser. Yo no quería serlo.

Peligrosa AtracciónWhere stories live. Discover now