Capítulo 29

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Él vuelve a besarme y puedo sentir todo aquel delicioso cosquilleo recorrer mi cuerpo. Cuando se aleja de mí para hablarle, estoy a punto de reprochárselo.

—Lamento haberte hecho sufrir, carita-linda. Soy un imbécil.

Amo cuando me llama así, hace que me sienta estúpida y especial, ya que sólo él me llama así y sólo él lo hará.

—No, no lo eres —le digo y toco su rostro —Nada de eso importa ya.

—Recuperaremos el tiempo perdido.

Él sonríe de manera pícara y me guiña un ojo. Por alguna razón, no puedo evitar sentir la vergüenza que siento, y pronto mis mejillas enrojecen.

—Tendrás que esperar —lo empujo por los hombros y él se deja caer a mi lado. Me apresuro a levantarme y me aproximo al armario —Tengo que ir a ver a Dean.

—Llámalo y dile que ahora no puedes —dice él a mi espalda con tono autoritario.

La pequeña cantidad de vergüenza que estaba sintiendo por su coqueteo, se va al sentir que él quiere poner un sello de propiedad en mi cabeza. Le entrego una sonrisa arrogante.

—No lo haré, y lo sabes.

—¿Por qué debes ir a verlo? —inquiere claramente enojado y se levanta de donde está sentado.

Me aguanto las ganas de reír, al verlo caminar de un lado al otro. Es chistoso cuando hace eso, es como si no pudiera controlar lo que quiere controlar y no sabe cómo manejarlo.

—Porque he sido una tonta, y le he dado esperanzas mientras pensaba en ti —le confieso y me miro al espejo, evitando mirarlo a él.

Me arreglo el cabello, acomodando los mechones de cabello que él ha desacomodado en aquel intenso beso.

—Aun así no quiero que vayas —dice él con voz calma, colocándose extremadamente cerca detrás de mí. Siento su calor, su perfume y es tan tentador.

—¿Confías en mí? —inquiero y me obligo a mirarlo a través del espejo.

Se ve tan bien, con el cabello desordenado, aquella camisa a cuadros y los jeans gastados.

—Sí, claro —asiente muy seguro —En quien no confío, es en él...

Sé que lo que dice es cierto, noto el dolor en su mirada, el miedo a que yo vaya a esa reunión con Dean. Quizás crea que algo va a cambiar si voy. Giro y me acerco a él para abrazarlo. Él me devuelve el abrazo y su mentón se apoya sobre mi cabeza. Cierro los ojos y me aprieto más a él.

—Sólo iré a hablar con él —le comento —Ni siquiera iré al cine. Simplemente le aclararé las cosas.

—Bien —suspira él, se aleja un poco y me obliga a mirarlo a los ojos —Pero yo te llevaré.

—Caden... —voy a negarme.

—Oye —me interrumpe, me toma del rostro y su rostro se acerca al mío —Agradece que no me quedaré a esperarte, porque si lo hiciera sabes que eso no terminará bien.

Me alejo de su agarre y le entrego una sonrisa malvada.

—Admite que estas celoso.

—No tienes ni idea.

Jamás imaginé que alguien como él, que siempre se ha mostrado seguro de sí mismo, tan confiado y despreocupado, pudiera ser tan posesivo.

—Eres tan bonito —lo halago porque quiero que deje de sentir que si me deja ir, todo cambiará —Puedes estar seguro que sólo tengo ojos para ti.

Peligrosa AtracciónWhere stories live. Discover now