Su verdadera heredera

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— ¿Les borraste la memoria? — Preguntó Ingrid en un susurro, cuidando que no despertaran.

— Engañé a sus mentes y borré sus recuerdos. Saben lo que pasó, pero no tienen que lidiar con eso, especialmente no ahora con Anna y el bebé. ― Respondió Maléfica soltando un suspiro.

Ingrid asintió, acariciando suavemente a su sobrina encinta dormida. Anna estaba acostada en la cama con ella y Rapunzel mientras que tanto Gerda como Helga estaban dormidas en la cama de enfrente.

Un pesado silencio cayó entre madre e hija después.

— Yo... huh — Comenzó Maléfica torpe, Ingrid no presionó. — ¿Cómo vas con tu embarazo?

La que una vez fue conocida como la Reina de las Nieves soltó una risa involuntaria.

— Realmente no espero nada de ti, madre, no hay necesidad de esta conversación si aún sigues tan disgustada con tu nieto. — Le dijo Ingrid sin siquiera mirarla.

— De ninguna manera es sobre mi nieto. — Replicó Maléfica al momento con una mueca. — Es sobre su padre de todas las personas...

— Llevabas años muerta, madre. — Intervino su hija con el mismo discurso de justificación. — Mi padre no sabía cómo ayudarme, los hechiceros que visitábamos se aterraban porque mi magia se parecía a la de la terrible emperatriz del mal y definitivamente no buscaríamos a la otra clase de brujas malvadas que tanto evitaste tú, así que tuve que reprimirla en lugar de controlarla. Luego Pitch llegó, él me mostró cómo hacerlo y me contó más sobre ti de lo que tú misma lo hiciste.

— ¡Te estaba usando! — Chilló indignada Maléfica, aun estando lo suficientemente molesta por la pareja.

— ¡Lo sé madre! Lo sabía incluso entonces y eso no cambió absolutamente nada entre nosotros. No soy estúpida ¿Sabes? Comenzó como algo pasajero, pero ya ves... incluso en el espejo siguió peleando por traerme de vuelta — Murmuró Ingrid tomándose el puente de la nariz. — Se esforzaba... se preocupaba por mí y de todas formas fue algo inútil porque ya era demasiado tarde para nosotros, te juro que podía entender y perdonarle muchas cosas, pero jamás lo que le hizo a Elsa.

— Eso... eso quizá sea... yo... — Maléfica tartamudeó incapaz de pensar en algo para debatir al momento.

— Siempre elegiría a Elsa por encima de todos. — Declaró Ingrid finalmente mirándola para que notara la seriedad de sus palabras. — Ella y mi hijo.

Maléfica se rindió entonces con un pesado suspiro y miró tentativa el apenas abultado vientre de su hija mayor.

— Mencionaste a un nieto. — Le dijo su madre.

— Elsa vio a un niño... de hecho dice que incluso vio un par de alas. — Sonrió Ingrid tocando por reflejo su vientre. Maléfica se mordió el labio y caminó lentamente hasta que se sentó a su lado.

— ¿Puedo...? — Entonces levantó tentativamente su mano mientras Ingrid simplemente asentía. Sintió que sus ojos se cristalizaban en cuanto lo sintió. — Yo... él... es la primera hada en... espíritus puedo verlo... el fénix en él...

— Bueno, supongo que de todas formas alguien tiene que enseñarle a volar... — Murmuró suavemente Ingrid.

Eso la rompió. Lo sabía perfectamente.

Ni siquiera supo que estaba llorando solo de imaginarlo hasta que las lágrimas cayeron en su regazo.

Se obligó a recomponerse a pesar de solo estar ellas, aún no se sentía cómoda en su nueva piel. Entonces se volvió a ella e Ingrid con una sola mirada adivinó de nuevo los pensamientos de su madre.

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⏰ Última actualización: Aug 17, 2021 ⏰

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"La Tirana de Hielo" (Jelsa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora