14...Revelaciones

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- Si tan solo pudiera hacer algo para mitigar tu dolor. -murmuró limpiándole las lágrimas y acariciando su mejilla dulcemente.- Detesto verte sufrir, ojalá y hubiera habido un modo de evitarlo, cariño...

Y otra mentira más. Ambos querían gritarle y salir huyendo pero había un motivo poderoso; Anna. No querían que sufriera así... y no podían dejarla sola con ella.

- Yo lo sé, preciosa... no sabes lo que se siente que la muerte te arrebate a las personas que quieres. La impotencia y rabia que te da el saber que nunca más estarán contigo y que serías capaz de todo por recuperarlos...

Ahora él la abrazó con fuerza rodeando su cuerpo por completo y ella apretó los labios, incómoda.

- Gracias por estar conmigo en estos momentos tan difíciles... necesito tanto de ti y de tu amor.

Sabía que jugaba con fuego pero ella había iniciado. Y si quería convencerse completamente, tenía que seguir.

- Siempre estaré para ti, Jack. No sería capaz de dejarte ir nunca. -murmuró pensándosela demasiado, ese comportamiento la ponía nerviosa, nunca le había hablado así a nadie.- Y nunca creí que algún hombre me hiciera estremecer como tú lo haces.

Se ruborizó el peliblanco, habían pasado tanto últimamente que fue instintivo más que nada. Ella soltó una pequeña risita al sentir su nerviosismo y dedujo a qué se debía, ella misma lo había malinterpretado.

- Nunca creí estar tan interesado en una mujer como en ti, mi Reina.

La forma en que lo dijo le había hecho sentir una extraña sensación recorrer sobre su estómago, se lo susurró en el oído estando demasiado cerca que su aliento le daba contra la mejilla. Tragó en seco, tensa.

- Siento lo mismo, mi Guardián.

No quería que nada le hiciera olvidar sus motivos, ni siquiera ese noble caballero con extremo encanto. Odiaba a los guardianes y lo que siempre quiso desde que era una pequeña era destruirlos. Él era su seguidor y seguramente fiel admirador así que lo tendría en claro cada vez que lo llamara así. Tragó nerviosa.

- Es mejor seguir con nuestras actividades diarias, haré poner el luto en el castillo en su memoria, ¿De acuerdo Anna?

- Anna no está... se fue cuando dije que te necesitaba. - la estrechó fuertemente en sus brazos impidiéndole salir.

- No puedo creer que me hayas perdonado.... es lo más estúpido que has hecho.- intentó mantener la calma.

- Claro que no, he hecho cosas más idiotas...

- ¿Cómo qué?

No dijo nada. Solo suspiró con pesadez.

- Nada... ya nada.

La soltó sin decir nada, se fue hacia su habitación cerrándola con fuerza y dejándose caer en la cama. Ella lo miró, contempló cada movimiento y pudo distinguir reflejada en él, algo que había disfrutado toda su vida;... miseria.

Se relamió el labio inferior y lo atrapó entre sus dientes, era más que obvio que eso la hacía sentir mal, pasar toda su vida tan cerca del dolor y no poder soportar esto. Cuando era pequeña ella sufría y ahora ella lo provoca. Pero esto, era una sensación distinta, era como si siguiera ahí su lado humano.

Llegó hasta la puerta y tomó el pomo pero no la abrió.


"- ¿Y si hacemos un muñeco?

...

- Dile que no pequeña, no cedas que es lo que todo el mundo quiere...quieren verte ceder..."

Apartó su mano y ladeó la cabeza cerrando con fuerza los ojos.

"- ¡¿Cómo es posible que esto empeore?! Creí que habías dicho que los guantes funcionarían.

- ¡Claro que lo hacían! Pero con ella... era diferente, todo era diferente.

- No podemos seguir con esta situación Gerda...es demasiado, creo que tenemos que retomar el plan original...

- Desde que nació Elsa no he podido dejar de darle vueltas al asunto. Es lo mejor para Anna, ella no puede vivir con un monstruo como hermana... sé lo que se siente, lo viví, y no permitiré que mi hija lo sufra...

- Entonces está decidido. Cuando regresemos de la boda de la hija de Helga será...

- De acuerdo, Freyr... así será."

Apretó la mandíbula con fuerza y tocó la puerta pero no tuvo respuesta, solo estaba eso, una puerta cerrada ante ella.



- ¿Cómo pudiste hablarle así a ese muchacho?

- Se lo merecía tía, no permitiré que nadie me cambie...

- Está bien, entonces te lo plantearé de esta manera. - Se tocaba la sien exasperada. - Cuando eras una niña y no tenías nada más que nosotros ¿Acaso crees que no me daba cuenta? Inconscientemente solo buscabas una salida, una esperanza porque te aterraba la idea de matar y dañar...

- Eso era antes de ser La Tirana de Hielo....

- ¡Sí! Cuando tu corazón seguía latiendo, ¿no esperabas que llegara tu salvador?

Se recargó en la mesa intentando contenerse.

- Lo sé, lo sé, no crees en eso al igual que yo... pero por cada demonio aquí hay un ángel que tiene que lidiar con él y ese muchacho, es el chico con más alma que he visto aquí y lo único que ha querido era defender a su familia como yo lo haría con la única hermana que me queda. Recuerda todos esos momentos de felicidad con Anna, cuando aún eras un ser humano y no esto. Cuando teníamos una familia...

- ¡Bien!- interrumpió.- Me disculparé si eso quieres con tal de que me dejes de en paz. -gritó irritada y la Reina suspiró nostálgica.

- Por más que queramos, pequeña sobrina, nunca estaremos en paz...

- Tía.- le llamó esta vez con la voz tenue.- ¿Qué pasaría con el hechizo si este llegara a...?

No terminó la pregunta y no fue necesario responderla. Si eso llegase a pasar todo el mundo como lo conocen daría un enorme giro. Sacudió su cabeza y salió hacia su hermana y huéspedes.



- Sé que me odias... pero abre, no te haré daño esta vez. Mi tía me ha reñido por lo que hice en Corona y me hizo recordar algo que creí haber olvidado desde hace muchos años.... Me cuesta mucho decir esto pero... - Se relamió los labios intranquila. - Me siento mal por lo que hice y realmente quisiera enmendar las cosas.

Le costaba demasiado decir eso. Podía combatir con miles de hombres y derrotarlos fácilmente pero cuando se trataba de hablar sobre emociones y sentimientos era lo más difícil que pudiese hacer. Le parecía cursi e idiota pero no quería que esa situación con Jack permaneciera, no cuando debía fingir que lo amaba siempre que estaba cerca su hermana.

- ¿Me dirás todo lo que quiera saber? - habló del otro lado de la puerta.

- Nada de mi pasado. - advirtió y se escuchó un suspiro.

- ¿Por qué es que me odias tanto y al Reino de Corona?

- A ti no te odio. No podría hacerlo jamás... sorprendentemente eres el único que al menos me entretiene un rato, y a Corona... tenía que hacerle algo porque si no se revelaría contra mí. Nunca los lastimaría de verdad...

- Entonces....

- Rapunzel, es mi prima... somos familia, nuestras madres eran hermanas...

El peliblanco abrió los ojos sorprendido. Nunca se había imaginado eso, ni siquiera pasarle por la mente algún lazo entre ellas.

- Y... - tragó en seco.- ¿Overland?

Suspiró y pegó su frente a la puerta.

- Porque yo estaba comprometida con el príncipe de Overland....

"La Tirana de Hielo" (Jelsa)Where stories live. Discover now