20... Tratado

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Había un alboroto por todo el Reino; sirvientes de un lado a otro, aldeanos preparándose felices de recibir visitas, la Guardia Real lista a cualquier contratiempo. Las últimas semanas habían sido de dicha en Arendelle, el pueblo había crecido de gran manera y la Reina se mostraba como una gran soberana, era como si tomo hubiera vuelto a iniciar, y aunque, muchas personas aún no podían sanar las fuertes heridas en ellas, con sus acciones se mostraba dispuesta a ayudar.

- Hey... dormilona despierta, es hora de prepararse... - le movió suavemente sobre la hierba.

- Humm... solo un rato más... - se pegó más abrazando su pecho y el peliblanco rio suavemente.

- ¿Qué más quisiera yo? Pero hoy es el baile y tenemos que estar listos. - le susurró en el oído y malhumorada se levantó. Habían pasado la noche anterior en la pradera, mirando y nadando un rato en la cascada junto a las hermosas criaturas que la custodiaban.- Oye, cariño, sabes que me encantas pero tú cabello en estos momentos...

Miró su reflejo en el agua, parecía que un par de cuervos se habían peleado allí, además de que tenía múltiples hojas y ramas en este.

- Maravilloso... - murmuró molesta intentando acomodarlo refunfuñando, se acercó por detrás y la abrazo colocando mimosos besos en su cuello.

- ¿Todo bien? - susurró en su oído de manera melosa.

- Solo que soy un desastre y tendré que presentarme ante todo el mundo como tal. -suspiró soltando todo el aire acumulado y Elsa se giró a verlo, tenía el rostro serio de solo recordarlo. No era un hecho nada grato para ambos.

- Bueno... supongo que será mejor irnos de una buena vez.

- Pero es temprano. -replicó cruzándose de brazos.

- Eres la Reina se supone que deberías de estar supervisando todo, y yo supervisando que lo hagas.- comenzó a reírse caminando hacia unas altas rocas.

- Primero ven por mí, niño bueno. -le gritó desde lo alto.

- No tienes que distraerte de tu deber. -bufó subiendo hacia ella.

- Me haces sentir como una malvada bruja que solo se aprovecha de ti y sonsaca para que dejes de lado tus obligaciones. - le rodeó el cuello con los brazos cuando llegó a su lado. Él sonrió.

- Pues... básicamente eso es lo que haces. -le dijo tomando su cintura y ella rio.- Cuando estoy contigo hago mil y un locuras.

- Entonces yo saco a tu chico malo y tú lo mejor de mí, ¿Acaso tiene sentido? - Arrugó la frente antes de volver a besarle.

-  Te apuesto a que el amor no, pero amar significa complementarse en todos los sentidos y eso mi querida, es lo que tú me haces. - Besó su nariz con gracia.

Unió sus labios mirando el gran paisaje, estaban en lo alto de Arendelle, donde las montañas estaban frente a ellos y el pueblo a sus pies. Se separó con una sonrisa y le guiñó un ojo antes de saltar al vacío. Jack abrió los ojos perplejo y sin pensarlo se lanzó tras ella hasta abrazarla, aferrándose. El humo nubló sus sentidos y los hizo aparecer en la cama de la rubia donde cayeron.

- ¿¡Qué hiciste!? - Grtó asustado y confundido, rebotando en la cama.

- Salté al vacío con la esperanza de que vinieras tras de mí ¿Tus padres acaso nunca te cuestionaron si un amigo saltaba tú lo harías tras él? - preguntó riendo a su lado antes de ponerse de pie y cruzar la habitación.

- A mi mala suerte tú no eres una amiga cualquiera...

- Y por eso te quiero....- sonrió mirando ningún punto exacto, suspiró despejando su mente.-  Está bien... sé niño bueno y déjame sola ahora. -le gritó desde el otro extremo de la habitación, miraba su reflejo en el espejo.

"La Tirana de Hielo" (Jelsa)Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora