"La Tirana de Hielo" (Jelsa)

21... Viaje

- Buenos días, dormilona.- murmuró suavemente en su oído y ella abrió los ojos sorprendida y a la vez asustada.- Tranquila hija, solo soy yo.- rió suavemente y ella asintió despacio, recordándolo todo.

- No era mi intención...

- Está bien. Tengo entendido que hacía mucho tiempo que no dormías. -murmuró poniéndose de pie yendo por un poco de té de la mesita y miró a Ingrid en el espejo.

- ¿Estuvieron hablando de mí mientras dormía? -preguntó pero le causó gracia en vez de furia. No pudo evitar reír.

- No quiso entrar en detalles. Solo mencioné que se rompió el hechizo que tienes desde que murieron tus padres y que ahora intentas enmendar todo. -dijo su tía Ingrid y sonrió Helga.

- Buena manera intentado matarme para empezar... -arqueó una ceja divertida y su sobrina le arrojó una bola de nieve a la cara.- ¿Tú le enseñaste?- preguntó riendo mirando a su hermana que levantó los brazos en modo inocente.

Tocaron a la puerta que recién estaba congelada y después de muchos forcejeos se abrió.

- ¿Otra vez la congelaste?- preguntó el albino entrando resbalando con el hielo y todas rieron.

- Fue un accidente... -le ayudó a levantarse y le sonrió para después abrazarle y darle un beso en la mejilla.- Quiero presentarte a mi tía Helga conocida como La Reina Ariana de Corona... tía él es Jack... el joven que rompió mi hechizo... -se acercó y besó sus labios de manera dulce. Helga miró a Ingrid, ninguna de las dos parecía que supieran que era un príncipe... comprometido en matrimonio.

- Un placer, Jack.- asintió con la cabeza y él le reverenció. En sus ojos veía terror porque se le escapara mencionar que se conocían desde hacía muchísimos años. Y en los de ella solo se dio cuenta que su sobrina lo amaba muchísimo.

- El gusto es mío, Majestad.- respondió.

- ¿Sabes si mi hija y su esposo se marcharon con bien?

- A esta hora deberían ir llegando a Corona junto con todos los demás.

- ¿Sólo tú te quedaste? -preguntó extrañada la rubia menor.

- No quería dejarte sola... -se encogió de hombros con una cálida sonrisa.- Pero creo que ahora estás en buenas manos.

- Claro que sí... -miró a Jack y se abrazó un poco más a él que le sonreía.- Y... no era mi intención que le hubieras mentido a Rapunzel...

- Ya lo hice por todos estos años... -hizo un ademán restándole importancia. Anoche cuando se apareció angustiada preguntando qué pasaba solo le había pedido que se fuera y prometió que todo estaría bien.- Igual tendré que decirle la verdad... pero ahora no me parece apropiado.

- Y bueno, el carruaje está listo. ¿Quieres que lo cancele para que estés con tu tía otro rato?

- No, por mí no se preocupen... hagan sus cosas, igual quisiera ver a Anna antes de irme. Tu tío no soportaría sin mí tanto tiempo.- todos rieron y se despidieron de ella. Odiaba lo que pasaría.

El Carruaje Real pasó por el pueblo. Poco a poco el temor desaparecía, ya no le tenían miedo y eso le alegraba. Bajaron en el centro cerca puesto de anuncios, había pasado más de una semana recorriendo todas las Tierras que eran de Arendelle ahora. Quería hacer las cosas bien, ser una buena Reina como su abuelo, todo marchaba perfecto ahora.

- Quisiera quedarme un rato acá... estirar las piernas y eso... -le dijo a uno de sus guardias y asintió. Se detuvo a ver lo que había logrado en pocos meses. Había respetado su trato al igual que todos los demás Reinos. Anna viajaba constantemente y estaba más que emocionada con descubrir el mundo, claro que Kristoff siempre iba a su lado, cuidándola.