Capítulo 3

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Brithany Morrison.

Mi cuerpo completo se tenso, mis manos están sudando, mi piel se erizo, mis orejas están calientes, mi estómago siente una sensación extraña.

Él me está hablando.

Su voz ronca y sensual recorriendo mis tímpanos, es como música para mis oídos, una hermosa melodía que me hace estar en mi espacio feliz, podría escuchar su voz todo el día y para mí sería como una canción de cuna, okey esto es raro.

Concéntrate, Brithany.

¡Liam Reinhart te está hablando!

¡Reacciona, estúpida!

Gire mi cabeza lentamente como una muñeca endemoniada para verlo, él tenía su cabeza ladeada, una mirada profunda sin ninguna expresión, solo seriedad, y eso me pone sumamente preocupada, nerviosa, histérica, ansiosa y curiosa por lo que él dirá.

—Sí —dije mientras que los nervios se apoderaba de mi desnutrido cuerpo.

Me quedo observando por unos largos segundos que para mí fueron como miles de años, sus ojos azules me escanearon como si quiera ver cada parte de mi cuerpo, y para ser honesta me incomoda su mirada profunda.

¡Siento que me está viendo el alma!

—Jóvenes —mire a la maestra —, copien lo que acabo de escribir —señaló el pizarrón.

Saque mi libreta y la puse sobre la mesa, mis lápices en mis manos y volví a tirar mi mochila en el suelo, busque una página en blanco para empezar a escribir, pero la mirada de Liam seguía sobre mí.

—Así que, sí eres Brithany Morrison ¿Verdad? —él recostó su espalda en el respaldo de la silla.

—Efectivamente —quise sonar segura de que su presencia no me intimida.

Escribí el título del tema.

—Es bueno saberlo.

—¿Por qué?

—Me alegra saberlo.

—Gracias, supongo.

—Tu letra es bonita —dijo él.

Sentí un cosquilleo recorre todo mi cuerpo, nervios, ansiedad, angustia e incluso me da hasta miedo que él mencione algo que tenga que ver con letras, porque solo pienso en las notas.

—Gracias, supongo. —volví a repetir.

Brithany, tú sigue en el papel de "No me intimidas Liam". Seguí escribiendo lo que estaban en el pizarrón mientras él solo miraba cada movimiento de mi mano.

—Punto, gusanito, punto. —fruncí el ceño por lo que acaba de decir.

—¿Qué?

—La profe —fijo su mirada a la pizarra —siempre decora el título con un punto, gusanito, punto.

—Ah, eso —le di una mirada rápida para volver a centrarme en mi libreta.

Mi bello tormento [completa] Where stories live. Discover now