Capítulo 42

380 80 0
                                    

Segundo meses sin ti.

Hola otra vez.

Muero de celos al ver como todas esas chicas te buscan como si tuvieras miel y ellas fueran avispas ¿me entendí?

Bueno, como sea, me molesta que te sigan a todos lados, sí, entiendo que volviste al equipo de fútbol, no seré hipócrita, me alegra que estés volviendo a hacer tus actividades de antes.

Sí, antes de que supieras que yo era la de tus notas.

Estuve observándote, mire como tu mirada estaba perdida mientras esa chica te hablaba, te mirabas tan desinteresado, así como eras antes.

Temí que estés volviendo nuevamente a hacer ese chico frio, desinteresado, sarcástico, creído y arrogante.

Aunque nunca lo has dejado de ser, pero tampoco quiero sonar presumida, pero conmigo mire un pequeño cambio. Me defendías, aunque yo nunca supe que lo hacías.

Isaac me contó sobre la noche donde fui drogada, sí, esa noche donde no sabía que me había pasado.

No te imaginas todo el dolor en mi cabeza, cuerpo y ese ardor en mis ojos que tenía, me sentía fatal.

Pero vuelvo al tema, Isaac me contó que tú me defendiste, fuiste donde estaban los malos e insultaste muy fuerte a Andrea, así es, recuerdo muy bien su nombre y dudo que se me pueda borrar.

Solo pido no volver a ver esa chica en mi vida.

Creo que lloraría.

No sabía que habías golpeado a ese chico, pero te lo agradezco, y créeme que si volvemos a hablarnos te diré que gracias por estar ahí, por protegerme y querer cuidarme.

Siempre estarás ahí, siempre, siempre.

No sé si sabes, pero Dereck le dijo a mi papá que había comido Hot dogs radiactivos, eso hicieron que me pusiera mal de salud.

Siento que papá nunca se creyó eso, pero dijo que estaba bien.

También salí con Gissell al zoológico, fue una tarde increíble. Nos tomamos fotografías y comimos chatarra todo el día.

Con Dereck me vi otro maraton de películas de terror, llore al final de la película. Él simplemente de burló de mí.

Tú y yo nos encontramos en la cafetería del instituto, te quedaste enfrente de mí y yo solo no supe que hacer, vi un impulso de querer hablarte, el mismo impulso que te hizo caminar sin darme una sonrisa.

Me quedé ahí y me di la vuelta para verte, no me miraste, pero salistes del lugar muy rápido.

Me di cuenta que te había afectado el habernos alejado, pero también me di cuenta que te ves más relajado.

Pero quiero ser honesta al expresarme muy abiertamente a ti, total, sé que nunca leerás esto, y solo espero que si algún día volvemos a hablar no me culpes por alejarme, porque tú no imaginas lo mucho que me dolió a mí tomar la decisión de alejarme de ti. 

No volví a dejarte notas, sé que a ti no te importa en lo absoluto, pero a mí sí, se volvió un vicio el escribirte, pero también supe que hasta allí habían llegado mis notas anónimas, supe que ya no volvería a dejarlas. 

Pero está bien, sé que hagas lo que hagas sigues siendo mi bello tormento.

Atte- Brithany Morrison.

Mi bello tormento [completa] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora