Capítulo 19

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Brithany.

Guarde mi celular para centrar toda mi atención nuevamente en mis abuelos.

—En esa parte —dijo Víctor señalando el televisor —el protagonista muere y acaba la película. Final más mierda no pudieron hacer.

—Ya veo porque dijo que era la peor película que ha visto. —dije, sintiendo como mi celular había vibrado.

—¿Por qué carajos lo mataron así?

—Es mi película favorita —Celeste tenía sus dedos entrelazados mientras miraba la pantalla.

—Tienes malos gustos, querida, esa película es horrible.

—Es linda, hay mucha violencia sí, pero es algo que nunca se ve, me gusta que el villano gane.

—Quítame esa película —Víctor me extendió el control de la televisión e hice lo que me dijo —. Si hoy me tocara morir, moriría encabronado hasta los huevos.

—Víctor, santo cielo, con seas vulgar.

—No voy a ver una película más, me quedo con mis libros.

—Eres un anciano amargado.

—Y a mucha honra. Bendita sea la vida por odiarme así.

Mi celular volvió a vibrar e intente ignorarlo, pero me fue imposible no encenderlo y ver las notificaciones. Era ese número desconocido otra vez. Había contestado con un simple y sencillo: Disculpa ¿te conozco?

Miré las notificaciones viendo lo que el número desconocidos había contestado, fruncí mi ceño llenándome de dudas leyendo lo que el mensaje decía:

Mejor que nadie.

Sin pensarlo dos veces conteste el mensaje:

Creo que estas equivocado porque no sé quién eres.

—... no pienso volver a meterme esas pastillas mierdas —me sobresalte apagando el celular y viendo a Víctor pelear con la enfermera, la misma que me atendió la vez pasada.

—Es por su salud, por favor no reniegue y tómesela.

—Sobre mi cadáver, oíste niñita, largo de aquí, largo.

—Ea suficiente. Llamare a uno de sus hijos —la enfermera salió molesta de la habitación dándole un portazo a la puerta.

—La puerta es la que menos culpa tiene y la que más sufrió —dijo Víctor —¿Qué tanto ves en esa cosa sin botones?

—Ah, este, un número desconocido me escribió dice que lo conozco, quede algo confundida.

—Secuestradores, tengo la jodida sospecha que son secuestradores, los odio.

Celeste miro a Víctor negando con su cabeza mientras ella si tomaba su medicamento, y dejaba el vaso ya vacío en una mesa.

Aunque ellos me den la confianza de sociabilizar con ellos aún no me acostumbro, tengo mucha vergüenza al hablar con ellos, tengo vergüenza al no llamarlos abuelos, ni siquiera los llamo como mami y papi como dije que les diría, es algo que me costara decirles.

Y agradezco que no me siento presionada. Además, ellos también me tienen paciencia y entienden que esto es nuevo para mí al igual que para ellos.

Cuando salí del instituto tuve un pequeño momento, había salido casi corriendo después de haber tenido esa platica con Liam, cuando había estado algunos metros lejos de él quise regresarme y estamparle mi mano en su cara, para sentirme mejor, pero simplemente no tuve el valor volver a mirar hacia atrás.

Mi bello tormento [completa] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora