Capítulo 13

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Brithany Morrison.

—Papá —dije por décima vez.

—Brithany, ya dije que todavía no.

—¿Hasta cuando me tendrás en esta agonía? Siento que el aire se me va.

—No exageres.

Me encontraba una vez más convenciendo a mi papá que me devolviera mi celular.

Estaba desesperada, necesitaba mi celular, me sentía aburrida y triste sin mi celular, porque para ser sincera es mi única compañía, distracción y pasatiempo.

Ya había pasado una semana, una semana castigada, una semana de haber conocido a mis abuelos, una semana sólita, una semana recibiendo el silencio de Liam.

Y esta última me dolía más, pensé que todo iba bien entre él y yo, pero me equivoqué, Liam está siendo el mismo de siempre, y yo volviendo a ser invisible para él.

El timbre sonando por toda la casa hizo eco, me emocioné y salí a abrir. Miré a Gissell y le sonreí.

—Convéncelo —dije, ella se ofreció a convencer a papá para que me devolviera el celular.

—Haré todo lo posible.

—Te lo agradecería muchísimo.

—Déjamelo a mí.

Ella camino hacia adentro muy relajada, creo que Gissell se siente cómoda aquí en casa, ella ha pasado muchas noches aquí y pueda que sienta que este es como su segundo hogar.

—Padre número dos —saludo Gissell a mi papá. Ella muchas veces lo llama así.

—No le daré el celular —dijo mi papá —, si venias a eso no se lo daré, no ahora.

—¿Cuándo?

—No lo sé aún.

—Es que no tiene sentido que ella esté incomunicada, ¿sabe cuántas veces la he llamado y me manda a buzón? Muchas, eso parte mi alma porque siento que ella no me quiere.

—Gissell, eres muy buena amiga por preocuparte por Brithany, pero la respuesta sigue siendo un no.

—Dígame ¿Por qué el castigo de esa manera tan bochornosa?

—No te diré, porque estoy seguro que estás al pendiente de todo, y estoy seguro que gritaste de la emoción cuando Brithany te contó sobre ella y ese chico.

Gissell negó.

—No sé de qué me habla.

—Claro que lo sabes.

Gissell seguía negando y hacía un gesto pensativo.

Pero ella literalmente grito de la emoción cuando le conté con detalle el beso que había tenido con Liam, ella se emocionó tanto que fingió limpiarse unas lagrimas falsas y me dijo: estoy orgullosa de ti, perra, y te amo.

Ella hasta me había felicitado porque según todo iba a salir bien entre Liam y yo, pero no fue así, porque esta semana he recibido su silencio, no hay sonrisas, ni miradas, ni sus cariños y nada.

—Bueno, sí me contó algo, pero no entiendo porque hizo tanto drama, fue un besito nada más.

—Yo vi ese besito, y ese no fue un besito.

—Un besito chiquito, besito de pollo.

—No fue un besito de pollo.

—¿Le dará el celular?

Mi bello tormento [completa] Where stories live. Discover now