Capítulo 39

458 76 21
                                    

LIAM

—Te ves estresado —dijo Damián a mi lado —¿Todo bien?

—Mi familia viene. —dije.

—Mierda, con razón parece que va llover ¿En serio? ¿Tu papá también?

Asentí.

—Mierda ¿Todo bien en casa? —dijo.

—No sé qué mierda está pasando, se comportan como padres que estan ahí en todos los eventos de sus hijos.

—Bueno, te juro que no sé que decir, es primera vez que viene alguien de tu casa.

—Ajá.

—Mi familia también viene, ellos no sé porque les gusta estar encima de mí cuando hay este tipo de eventos donde participó.

Me levanté de la banca, agarre mi playera y me la coloque.

Tan mal me estoy portando en la vida que mi familia vino a verme, juro que, si no juego como debería y arruinó todo será culpa de ellos.

No soporto estar bajo presión y menos siendo observado por ellos. Por mi familia.

Pero tengo que hacerlo bien, tengo que demostrar que al menos soy bueno en algo.

—Hey, equipo —dijo el entrenador —. Confío en ustedes, demuestren que son los mejores dominando el balón. He visto los padres de ustedes allá afuera, demuéstrenles que son buenos en esto.

Tengo que demostrar que soy bueno en esto. Y entonces recordé las palabras de papá:

Un Reinhart nunca pierde.

Un Reinhart nunca se humilla por nadie.

Un Reinhart tienen que irse de un lugar donde no lo quieren.

Un Reinhart nunca baja la mirada.

Un Reinhart no vuelve dos veces donde nadie lo quiso.

Un Reinhart siempre gana.

—Saben sus posiciones —ánimo el entrenador —El equipo contrario es bueno, así que la jugada será pesada. Confío en cada uno. ¡Así que animo, salgan afuera y enorgullezcan a todos aquí!

Todos gritaron y salieron.

Me quede parado y le di un último sorbo a mi botella con agua.

Mierda, tenía un cagadal en mi cabeza.

Y todo por su decisión.

La decisión de Brithany me tenía distraído, pero no tenía que pensar en ella hoy. Tenía que enfocarme en el partido, en que mi familia estaba ahí y verían cada movimiento que haría.

—Hey, Reinhart —me grito Damián —Ven aquí.

Salí de los vestidores y me dirigí a la gran cancha, las graderías estaban llenas y me detuve al lado de Damián.

Busque con la mirada donde estaban y fue fácil encontrarlos. Parecían celebridades con lentes de sol sentados viendo todo.

Mi papá andaba ropa deportiva, camisa, pantalón y lentes de sol.

Mi bello tormento [completa] Where stories live. Discover now