Capítulo 32

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BRITHANY

—¿Por qué no puedo llegar a entender a los chicos? ¿Por qué son tan complicados? —me pregunto Gissell.

—No lo sé. —conteste viendo la portada de un libro.

—Una semana donde me ha ignorado y no sé qué le pasa, me fue a buscar y hacer todo eso escándalo a mi casa y ahora no me habla ¿Quién lo entiende?

—Seguramente tiene vergüenza. —dije —¿Qué te parece este? —le mostré un libro.

—Quiero leer el libro más erótico que te encuentres.

—¿Por qué el más erótico?

—Porque los libros me enseñan más de sexología que la clase de ciencias.

—Entendí, Gissell.

Dejé a Gissell a un lado de la estantería y me dirigí a otra para seguir leyendo la sinopsis de los libros.

Ella había decidido venir a una librería a comprar libros eróticos con romance oscuro, ella ama ese tipo de trama, y que mejor momento que ahora que ella se siente triste.

Un libro siempre es la mejor opción para salir de la realidad, nos abocamos a otro universo donde olvidamos incluso que estamos leyendo.

Los libros son mágicos, son nuestros propios espejos, nos miramos en ellos, miramos lo que llevamos por dentro. Ahí es donde descubrimos quienes somos.

—¡Brity, Brity, Brity! —el grito de Gissell hizo que dejara el libro en su lugar y fuera donde ella estaba.

—¿Qué pasó? —pregunte.

—Tengo dos noticias que dar.

—¿Buenas o malas?

—Ambas son buenas.

—Bien, entonces dilas.

—La primera es que encontré el libro perfecto. —me mostro el libro. Sonreí viéndola.

—¿Y la segunda?

—Ellos me están invitando a una fiesta. —dijo. Mire a los tres chicos detrás de Gissell que hablaban entre ellos.

—Nosotros somos los chicos. —dijo uno de ellos.

—¿Fiesta, Gissell?

—Sí, mira, él es Miguel, Jorge y...

—Asthon. —complete.

—Oh, mejor así, ya se conocen. —dijo Miguel. Le dio un codazo a Asthon y él solo sonrió.

—Los dejó. Vuelvo pronto, iré a pagar el libro. —Gissell me sonrió.

Quise ir detrás de ella porque aún no me acostumbro a tener una conversación con él, de hecho, ni siquiera puedo sostener una conversación normal por mensajes, es extraño para mí, porque recuerdo que él tuvo una pelea con Liam y siempre siento que fue por mi culpa.

Ya tienes que dejar de decir que fue tu culpa, niña.

Espero que pasen unos minutos para que llegue Gissell y ella muy contenta aparece con el libro entre sus manos mientras con una sonrisa me lo muestra.

—Te compre uno —me lo extiende —. Es para leerlo juntas.

—Gracias. —dije, realmente no iba a decir que era molestia, porque nadie rechaza un libro.

—¿Qué dicen? —dijo Jorge —¿Nos vamos?

—Lo siento mucho, pero yo no puedo. —me encogí de hombros y di una sonrisa apenada.

Mi bello tormento [completa] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora