Capítulo 16: Volviendo a la normalidad

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/¡\ AVISO IMPORTANTE /¡\ Antes de que empiecen a leer, les vengo a pedir encarecidamente que por favor lean la nota que les voy a dejar al final del capítulo. Gracias.

Me di cuenta de que no me gustaban las despedidas. No me gustaban ni un poco. Tuve que despedirme final y rotundamente de Soul Stone en el aeropuerto de California, luego de recorrer un viaje de cuatro horas en auto con ellos, desde Bakersfield hasta Sacramento.

Cada uno me saludo diferente, con un beso en la mejilla, con un amigable abrazo, o un distante apretón de manos, pero por supuesto, el saludo de Rex fue el que más logró conmoverme. Estábamos peleados, por lo que mientras duró el viaje hasta Sacramento no hablamos demasiado, solo lo justo y necesario, pero en perspectiva de que jamás volveríamos a vernos, olvidamos nuestras diferencias por unos instantes.

Cuando Rex me abrazó por última vez, traté de recordar cada detalle de él a la perfección, aspirando el familiar olor de su perfume y el humo de los cigarrillos, sintiendo sus largos brazos rodearme y apreciando el color de sus ojos verde mate, tan transparentes y sinceros como siempre. Antes de romper nuestro cálido abrazo, el chico me tomó por las muñecas y me atrajo hacia él para presionar  fuertemente sus labios contra mi mejilla, como solía hacer cuando se hospedaba en mi apartamento, antes de que yo partiera al trabajo. También intenté con todas mis fuerzas perpetuar la sensación de sus labios contra mi piel.

Lo contemplé de arriba abajo hasta que tuve que subir por la plataforma de mi vuelo, absorbiendo cada detalle. Una vez que estuve sola en mi asiento del avión, permití que un par de lágrimas solitarias bajaran por mis mejillas en completo silencio. Me sorprendía este hecho: estaba muy triste.

Nueva York me acogió como un manto de recuerdos y bienestar. Por más que Bakersfield había sido precioso, no había nada como la ruidosa ciudad que era mi hogar. Llegué a mi apartamento en Manhattan increíblemente contenta, a pesar de que durante el viaje había estado llorando, disfrutaba de la sensación de estar entre mis cosas de nuevo. Disfrutaba del frío.

Apenas se enteró de que llegué, Drew vino visitarme, demasiado emocionada para ser saludable.

—Tienes que contármelo todo —me dijo una vez que ya estábamos dentro de mi casa.

Ella seguía igual que siempre, con su ropa oscura al igual que su maquillaje, sus botas militares y sus uñas pintadas de negro, exceptuando un detalle, su cabello ya no era rosa, ahora era de un intenso azul que hacía resaltar el celeste de sus ojos.

—Fueron unos días agitados —le comenté, y comencé a relatar todos los hechos de mi estadía en Bakersfield, incluyendo el beso y el encuentro con los integrantes de Soul Stone en su totalidad.

—¡No puedo creer que hayas visto a Alex en persona! ¡Qué hayas tocado a Alex! Es irreal —gritó, sobrecogida por la emoción.

—¡Sí! Es muy simpático, al igual que Steve, sin embargo Albert… —expresé recordando que Al había sido el principal causante de mi pelea con Rex.

—Al es así, con su malhumorada actitud y su magnífica voz se ganó el corazón de miles de fans, aunque yo siempre voy a preferir a Alex —declaró, y rió como una colegiala, cosa que me contagió.

—Yo siempre voy a preferir a Rex —repliqué sin pensar, al mismo tiempo que suspiraba y Drew abría mucho los ojos.

De manera repentina, apretó mi cara entre sus manos, haciendo que la mirara directo a los ojos.

—¿Es eso lo que creo que es? —indagó.

—¿Qué cosa? —pregunté con voz pastosa, ya que Drew estrujaba mis mejillas y me impedía hablar con normalidad.

La redención de los adictos ©Where stories live. Discover now