Capitulo 33

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Julian abrió los ojos despacio, desperezándose lentamente y se incorporó aún somnoliento, buscando a Kei a su lado sin sorprenderse demasiado de no encontrarlo en la cama.

Había sido una noche espantosa, en más de un sentido y tampoco había ayudado que la hermana de Kevin hubiera decidido dormir en casa de la vecina, Jessica según Isi que no había dejado de repetir su nombre dando cabezadas en la mesa y golpeándose con ella en más de una ocasión, aunque había sido mejor que Yami que se había terminado quedando dormido sobre el plato y Kevin no había tenido ningún inconveniente en tirarle del pelo, levantándole la cabeza para poder terminar de recoger la mesa y volvió a soltar su cabeza, dejando que ésta golpeara ruidosamente contra la superficie sin que el japonés se inmutara, cediéndoles amablemente la habitación.

Se sentó cansado en la orilla de la cama, apartando un edredón rosa y blanco y decidió no echar un vistazo muy prolongado por la habitación por si Eila no se había dado cuenta de esconder algún detalle personal por las prisas cuando subió rápidamente a la habitación a recoger cuatro cosas y llevar algo a casa de su amiga según sus palabras antes de bajar con la misma prisa y salir precipitadamente de la casa. Julian no dudaba de que se encontrase en la edad en la que podría traumatizarle que alguien viera algo que no deseaba que encontrasen y no quería convertirse en la causa de nada, de hecho, si podía elegir, prefería desaparecer, sobre todo después de saber que Kei no había pisado esa habitación después de que Julian se hubiera negado rotundamente a coger el regalo que le había dado, sin dejarlo hablar, dándose cuenta que empezaba a tener una crisis y el chico rubio había permanecido a su lado, abrazándolo mientras se tranquilizaba y susurrándole al oído que ya todo estaba bien.

—Kei... —susurró frotándose la cara con las dos manos antes de detenerse y apartarlas lentamente antes de dejarlas caer sobre su regazo

Despacio se puso de pie, dándose cuenta del sobre que había en el escritorio de Eila que Kei debía haber dejado con su regalo y sintió un nudo en el estómago,llevándose un puño al pecho para aliviar el dolor y se acercó hacia la mesa, mirándolo como si allí dentro se encontrase algo capaz de destruirlo y posiblemente era así, algo que ahora mismo lo destruiría completamente, desgarrando su alma una vez más. Agarró el sobre con una mano temblorosa notando como le costaba contener las lágrimas, el dolor y el miedo atenazándole en el pecho y lo apretó en el puño mientras dejaba que sus rodillas cedieran y se agachó, acuclillándose mientas respiraba con esfuerzo y mantenía una mano sujeta al borde de la mesa para no caer completamente al suelo.

—No puedo... —sollozó respirando despacio para tranquilizarse, limpiándose la humedad de los ojos con el dorso de la mano impidiendo que las lágrimas llegaran a deslizarse por sus mejillas—. No puedo, Kei.

No podía irse y aunque entendía lo que el chico rubio había intentado explicarle mientras él se echaba hacia atrás desesperado por no oírlo,entrando en pánico nada más había visto que era un billete de avión de vuelta a su hogar, a casa de sus padres, aún no se sentía preparado para aquello y mucho menos para alejarse de él.

Tenía miedo, demasiado miedo, pánico a darse la vuelta y no encontrarlo allí, a volver y que Kei hubiera desaparecido y aunque sabía que tal vez era un pensamiento irracional, sabía que el chico rubio no dudaría en alejarse y abandonarlo si así podía protegerlo y Julian no era tan tonto como para olvidarse de que los primos de Kei y Nathan seguían vivos y libres en su feliz mundo psicótico. También sabía que las cosas habían cambiado desde aquel tiempo en el que se habían conocido, demasiado tal vez donde los dos se habían hecho mucho daño en el camino, un daño irreparable y en el que Julian sabía que ya no tenía las manos limpias, manchadas con toda esa oscuridad que albergaba en el alma de Kei, unas sombras que él había ayudado a poner ahí, a aumentar la carga de los hombros de la persona a la que más quería.

Cuando habla el corazón 3 (chico x chico)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora