Capitulo 1

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Kevin se ajustó la corbata en el espejo, asegurándose que el nudo quedaba perfecto y sólo echó un vistazo al reflejo de su rostro un instante. Hacia tiempo que no se miraba detenidamente en un espejo. Odiaba la expresión que le devolvía siempre y la muerte de todas aquellas personas que había matado por dinero parecían regresar, observándolo detrás de él.

Se apartó ágilmente y agarró la funda y la pistola, ajustándosela en el hombro antes de buscar la chaqueta y salir de la habitación.

Los pasillos de aquella mansión eran tan fríos y regios como se podía esperar de una casa tradicional japonesa y aunque ya se había familiarizado con las costumbres del país y sobre todo con las intrigas que se cocían en el interior de aquella familia, seguía sintiéndose como un intruso.

—Señor.

Se detuvo frente a una de las sirvientas y la miró en silencio mientras hacía una incomoda reverencia antes de volver a mirarlo.

—¿Qué ocurre?

—Kazahara-sama quiere verlo.

El señor Kazahara.... Kevin sonrió con cierta petulancia. Desde que había llegado a Japón y se habían instalado allí de una manera más o menos permanente, escuchar continuamente ese nombre comenzaba a resultarle escalofriante. ¿Cuantos Kazahara había en esa casa? Pero en esta ocasión no necesitó que le indicaran cual de ellos quería verlo. Hizo una breve inclinación de cabeza como señal de entendimiento y pasó de largo de la joven muchacha, dirigiéndose hacia la parte sur de la vivienda, uno de los varios recintos individuales que componían la mansión y se limitó a hacer una reverencia como saludo a los guardias que custodiaban la estrada antes de adentrarse al enorme despacho y detenerse frente a uno de los tíos ¿o puede que fuera un familiar lejano? Daba igual. Kevin nunca había prestado atención a nada de lo que sucedía en esa casa. Sabía que su tiempo en ella sería limitado. Pronto se marcharía de la residencia familiar de los Kazahara y en general, no había nada que lo atase a ese lugar.

—¿Deseaba verme?

El hombre, un japonés de mediana edad, pero mucho más alto que la mayoría de la familia, levantó la mirada y le hizo indicaciones para que tomara asiento al otro lado de la mesa.

—He oído que pronto nos dejará.

—Debo irme —señaló escuetamente Kevin, sin dar más detalles.

El hombre entrecerró los ojos, como si con sus rasgados ojos tratara de leerle algo de lo que pasara por su mente pero Kevin no cambió de expresión. De alguna manera, desde su llegada, había sido convocado por unos y otros, tal vez con la intención de averiguar algo sobre el próximo cabeza de familia y sin darse cuenta, había comenzado a participar en su juego de intrigas. Kevin sabía que alguien de esa casa lo había contratado para asesinar a Kei hacía tiempo. No sabía quien, pero estaba seguro que la mayor parte, sino todos, sabían sobre eso y esperaban que se convirtiera en un aliado en contra de los demás.

—Esperaba que su estancia fuera más...

—Si tan solo me quería para eso...

—No.

Kevin se lo suponía. Aquel hombre llevaba insistiendo sobre lo mismo desde su llegada.

—Ya hemos hablado de eso.

—No podemos retenerlo aquí indefinidamente. Lo que estamos haciendo es.. ilegal.

—Bueno —Kevin se echó a reír sin demasiada emoción, pero incapaz de no leer la ironía en esa única palabra—. Estoy seguro que eso no es lo único ilegal que se hace en esta casa —Se levantó rápidamente—. Ahora si me disculpa, tengo otros asuntos de los que ocuparme.

Cuando habla el corazón 3 (chico x chico)Where stories live. Discover now