Bajo la lluvia pt 1

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Logró llegar al restaurante de Mitsuri antes de que lloviera, lo cual era un alivio ya que no tenía paraguas. Al verlo, la joven mujer de cabellos rosas le dio la bienvenida tan efusivamente como de costumbre, haciéndolo sentir feliz y contagiado con su entusiasmo después de un pesado día de trabajo.

— No pensé verte hasta después de los exámenes. — comentó mientras le preparaba un gran tazón de carne y noodles a su amigo. — El pobre Obanai está hasta el cuello de trabajo.

— Las evaluaciones siempre son complicadas. — aceptó Rengoku. — Hoy debo terminar los exámenes de segundo año para dedicarme a hacer los de tercero.

— ¿Quieres que te ponga la comida para llevar? — preguntó la mujer algo preocupada.

— ¡Para nada! — exclamó. — Además, debo devolverte lo que me prestaste ayer. — dijo mientras le entregaba el furoshiki. — Los lavé todos. ¡Y la comida estuvo deliciosa, muchas gracias!

— ¡Que bueno que te gustó! — dijo encantada. — Aunque debiste pedirle a Akaza que lo trajera.

— Lo hice pero parece que se enojó conmigo. — le dio un bocado a su comida y su rostro se iluminó. — ¡Delicioso!

La mujer le sonrió ante el cumplido, pero su rostro se hallaba preocupado. Se quitó el delantal y se giró para tomar dos vasos,

— No creo que esté enojado, a mí me parecía muy triste. — comentó mientras preparaba dos naranjadas de gatito. — ¿Sucedió algo?

Mitsuri ya había escuchado historias de Akaza de parte de su esposo, Uzui, e incluso escuchó del mismo Rengoku como es que tuvo que detener la pelea la primera semana de clases, y el consiguiente acoso por parte del pelirrosa. Cuando ella decidió mantenerlo como su empleado, Uzui y Obanai le habían advertido que una persona complicada como él no era digna de confianza, menos con su historial, y aunque ella no estaba de acuerdo con la mala imagen que tenían del muchacho a pesar de todo, debía admitir que se sorprendió solo un poco cuando escuchó lo que había sucedido la noche anterior.

— ¡Qué miedo! — concedió con una sonrisa nerviosa. — Como lo cuentas parece una historia de terror.

— ¡Lo mismo pensé! Esperaba verlo caminando por el techo como las películas que le gusta ver a Uzui. — la pelirrosa soltó un grito aterrado al imaginarlo, aunque después lidió con el nerviosismo riendo tímidamente. — Pero cuando me negué a seguirle el juego se molestó bastante, ¡me gritó que nunca aceptaba sus propuestas ni jugaba con él! Me recordó a aquella vez con Senjuro, ¡y él tenía 6!, siento como si tratara con un niño pequeño.

— ¿Te molesta? — preguntó Mitsuri.

— ¡Bastante! — respondió sin pensarlo siquiera. — A mi me sorprende la paciencia que le tienes, Karonji.

La pelirrosa frunció el ceño ligeramente, incluso mordiendo su labio con algo de preocupación.

— Yo no tengo que tenerle paciencia, su presencia aquí es realmente de gran ayuda, es un buen chico. — ante la mirada confundida del rubio, ella se explicó: — No solo me ayuda con las órdenes y con la limpieza del restaurante, es realmente fuerte y me acompaña a hacer las compras, el último cierre me ayudó con las cuentas, ¿sabías que es realmente bueno en matemáticas?, hasta ha ayudado a Sakura cuando se aburre, si no hay muchos clientes se ponen a dibujar juntos en una mesa vacía o aquí en la barra, — agregó encantada. — y recientemente me enteré que es bastante bueno en la cocina, aunque se pasó de sal la última vez. — después se acercó al contrario para poder hablar tan bajo como le fuera posible. — ¿Recuerdas que te platiqué de ese sujeto que no paraba de verme de forma fea, y que me hacía cumplidos subidos de tono?

Rewrite the starsWo Geschichten leben. Entdecke jetzt