Decisiones Imprudentes

1K 160 185
                                    

El pelirrosa suspiró mientras miraba las esponjosas nubes por la ventana, una señal más de que el verano se estaba acercando y el calor sólo conseguía aumentar su mal humor. El uniforme ya había cambiado al de verano, sin embargo para él, que no podía exponer su piel a la ligera, lo único que cambió fue que tuviera que ponerse una playera de manga larga bajo la camisa de mangas cortas. Sinceramente detestaba no poder vivir de noche y dormir de día.

— Ehm, Akaza.

La suave voz de la chica frente a él llamó su atención, haciendo que desviara la vista de la ventana y la centrara en la hoja que le ofrecían. La tomó en silencio y revisó que las respuestas estuvieran bien, llevándose la grata sorpresa de que su esfuerzo estuviera rindiendo frutos.

— Sólo te equivocaste en la última, — comentó. — te saltaste un paso. Pero por todo lo demás está excelente. — entonces escuchó a la joven soltar el aire que había estado conteniendo. Recordando los consejos de Kyojuro, y viendo lo tensa que había estado la peliblanca, decidió que era buen momento para decir: — Felicidades, Mukago. Has mejorado muchísimo.

La respuesta de la chica ante ese comentario fue inmediata: sus mejillas se volvieron rojas, sus ojos brillaron emocionados y su corazón comenzó a latir con fuerza. Nunca esperó recibir un comentario así de su parte, y estaba muy feliz de haberlo obtenido.

Para su desgracia, Akaza estaba más concentrado en los apuntes de su agenda como para notar la emoción de la peliblanca. De hecho, él estaba experimentando su propia dosis de felicidad al ver que estaba logrando avanzar mucho más rápido y con mejores resultados gracias a la ayuda de Kyojuro. No podía esperar a contar...

— ¿Akaza?

De nuevo fue interrumpido por Mukago, quien ahora se notaba un poco más nerviosa.

— ¿Sí?

— ¿Puedo hacerte una pregunta?

El pelirrosa hizo un ligero gesto de molestia, uno que no fue notado por la peliblanca o quizá sólo decidió ignorarlo.

— Dime. — respondió sin ganas.

— Bueno... — empezó. — lo que sucede es que todos los recesos anteriores a nuestros momentos de estudio desaparecías casi sin dejar rastro. Ni siquiera tenía oportunidad de invitarte a pasar el receso conmigo y mis amigas. Entonces me preguntaba si tenías a alguien o si pasabas los recesos con algún... ¿amigo?

El pelirrosa no escondió su asombro ante lo dicho por su compañera, pues no había sido para nada lo que esperaba. Normalmente cuando buscaban hacerle una pregunta, esta se trataba de alguna indiscreta o demasiado íntima, por eso siempre se hallaba a la defensiva.

— ¡Perdón! — se adelantó ella. — No pensé que fuera a incomodar. No tienes que responder si no quieres. Solo... no quería estar robando tu tiempo de receso y menos si tienes a alguien.

— No tengo a nadie. — respondió con simpleza, sin entender cuál era la razón tras la pregunta. — Todos los recesos busco pasarlos con Kyojuro. Eso es todo.

Mukago no tuvo reacción alguna tras aquella declaración por varios instantes, sólo después de unos momentos soltó una suave risa y murmuró:

— Vaya, yo pensé que se odiaban. Siempre escuché rumores de que buscabas pelearte con él.

— Eso... — murmuró un poco avergonzado. — Eso es verdad de algún modo.

— ¿De algún modo?

— Sí... yo no busco pelear con él porque lo odie. — confesó. — Sé que suena ridículo o ilógico, pero ha sido la primera persona en derrotarme, por fin encontré a alguien que me siga el ritmo, y es emocionante ver hasta dónde puedo llegar con él.

Rewrite the starsWhere stories live. Discover now