XX Refugio

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Mariposa detiene la moto en una zona resguardada, alejada del lugar al que nos dirigimos. Caminamos entrecruzando algunas calles. Yo, confiado, solo me dejo llevar por ella siguiendo sus pasos. Entramos en un supermercado para comprar agua y algunas provisiones. No deja de mirar hacia todos lados, siempre vigilante, siempre expectante ante cualquier imprevisto, intentando ocultarse de las cámaras. Yo, sin saber qué hacer, trato de seguirla imitando sus actos.

—Hace un rato era una oficial del cuerpo de policía de la ciudad y ahora soy la fugitiva más buscada por mis propios compañeros —bromea nerviosa ante la deriva de los acontecimientos.

—Ya ves, la de vueltas que da la vida, no somos nadie...

Parte en una sonora carcajada llamando la atención de todos los clientes del supermercado. 

—Por favor, tómate esto en serio. Estamos en grave peligro.

—No, si yo no digo nada. Respeto tu profesionalidad, pero ¿a quién quieres engañar? Una exuberante y preciosa mujer vestida de cuero negro y un joven con un traje de agente de policía que le queda grande en un supermercado de noche... no es lo que se diga pasar inadvertidos. Vamos, creo yo... —sonrío.

Me mira con ojos de corderito, aguantando nuevamente las risas, vencida irremediablemente a mis encantos.

«La mejor manera de conquistar a una mujer siempre ha sido hacerla reír, no importa en la época que fuera ni el estatus que tuviera, si le robas una sonrisa, ya te la tienes medio conquistada» pienso mientras saca un monedero para pagar con efectivo en caja.

Y salimos nuevamente a la carrera, arropados entre las sombras de la oscuridad de la noche, siempre alerta. Hasta que finalmente se detiene a las puertas de una villa independiente con un cuidado y hermoso jardín, protegido por una valla de piedras apiladas a su alrededor. Entra como si conociera el lugar, busca una llave de seguridad escondida en una maceta y abre la puerta. Se estremece al entrar mirando hacia todos lados. El interior está todo bien ordenado, no se ve ni una mota de polvo; seguro la casa ha de estar habitada. Puedo ver todo en su interior sin dificultad, aunque las luces estén apagadas.

Mariposa enciende la linterna de su teléfono y va alumbrando por diferentes partes. Un suspiro ahogado al ver lo que parece una foto de su madre de joven. Emociones contenidas, lágrimas rotas y con frases entrecortadas me va explicando:

«Esta era la casa de mis padres. Cuando era pequeña mi madre contrajo una dolorosa enfermedad degenerativa, su cuerpo se enroscaba y deformaba lentamente. Para cuidarla, mi padre trajo una mujer del este, no quería que fuera de esta ciudad ni que hablara nuestro idioma. Mi padre era bastante desconfiado, parecía obsesionado con su trabajo, quizás le ayudaba a llevar la pena que le embargaba por el sufrimiento de su esposa.

»Olga, que así se llama, cuidó a mi madre con esmero y cuando ella falleció, continuó cuidando de la casa y de nosotros dos. Es una buena mujer, la quiero mucho.

»Cuando murió abruptamente mi padre, yo todavía era muy joven y nunca quise volver a esta casa, estaba llena de mis recuerdos más felices y más dolorosos. Así que decidí irme a vivir con Ricardo y su esposa, ellos me cuidaron como a sus dos hijos que son como mis hermanos; con ellos fui feliz, me sentía bien y segura, me apoyaron después de quedarme sola y me ayudaron con los estudios de medicina y para poder entrar en el cuerpo de policía.

»Olga ha seguido viviendo aquí desde entonces, esta casa se ha convertido en su hogar. Algunas veces quedamos para tomar un café y charlamos de nuestras cosas, me gusta verla de vez en cuando y me da buenos consejos. Pero nunca comentamos nada del pasado, ni hablamos de esta casa. No imaginé que conservaría todo igual, tal y como estaba cuando estuve por última vez hace unos diez años. Ella está ahora fuera, ha salido unas semanas a visitar a una hermana que tiene en su pueblo, va un par de veces al año o cuando la hermana la llama para algo. Te podría contar toda su vida, somos tan amigas, parece mi hermana mayor...».

La sangre de EnocWhere stories live. Discover now