11. Salvarte.

1.8K 107 11
                                    

Mateo.

―Silvi. ―Llamé su atención. ―¿Es necesario que Cielo tome pastillas para dormir?

Suspiró. ―Por ahora sí Mateo, yo hable con un especialista y me dijo que puede ser algo temporal o algo que le va a pasar toda su vida.

―Pero le pasa desde los nueve o diez años.

Hizo una mueca. ―Por eso, ya ella se acostumbró, las toma desde los dieciséis.

Fruncí el ceño. ―¿Cómo le recetan pastillas para dormir a una chica de dieciséis años?

Ella se encogió de hombros. ―Ni idea, supongo que fue Mariana, es una amiga de Luciana y es psiquiatra o le recomendó un psiquiatra para que se las dé, muy seguramente de ahí las sacó.

Suspiré, no me gustaba saber esto.

―Bueno, ¿Merendamos o que? ―Vuelve la morocha y va hasta la cocina por un paquete de galletitas.

Desde que estaba con su tía, se la veía mejor en cuanto a alimentación, comía muy bien, no le preocupaba cuanto estaba comiendo ni esas cosas, por ahora.

El problema era todo lo demás, averigüé un poco en Internet, sin saber que es lo que Cielo tiene, pero básicamente entendí que al ella sentir tanta culpa por tantas cosas, y la cantidad de secretos que guarda, vive en una batalla constante con su cabeza, y cuando Cielo pierde, me di cuenta que es cuando tiene recaídas,

No come, no duerme o lo poco que duerme termina gritando en medio de la noche, se encierra y llora todo el tiempo sin razón aparente.

Y a veces estaba bien, como ahora, pero había algo que me inquietaba, que ella se podía estar desmoronando por dentro, pero nunca nos íbamos a dar cuenta si no le prestabamos atención.

Me frustraba mucho el hecho de no poder descifrarla, aunque quisiera no la entendía,

Para poder salvarla a tiempo.

―¿Te puedo proponer algo? ―Le digo cuando estamos con Cielo sentados en la terraza de mi casa, sintiendo la brisa fresca, habíamos venido a cenar acá con mis papás y hermano.

―¿Qué tenes planeado? Palacios. ―Había agarrado una maña de nombrarme por mi apellido y me daba tanta ternura que yo el había agarrado cariño a que sólo ella me diga así.

Sonreí, ―Voy a quedar re regalado pero propongo una piyamada.

Rió. ―¿Una piyamada? ¿Nosotros dos?

Asentí. ―Si, unas pelis, golosinas, tranqui', pedimo' delivery, ¿Qué decis?

Alzó una ceja. ―¿Y eso cuando sería?

―Mmm, mañana trabajo pero pasado estoy libre, asique ¿Mañana a la noche?

―Estoy libre.

Sonreí, ―Buenísimo entonces.

Hablamos bastante esa noche, hasta la madrugada, no nos dimos cuenta del paso del tiempo hasta que Silvina le mandó un mensaje a Cielo preguntándole cuando volvía.

―Es re tarde boludo, me tengo que ir.  ―Dice parándose y la sigo.

―Te acompaño.  ―Digo con una sonrisa y bajamos para entrar a mi casa a buscar su campera.

―Entonces quedamos así, mañana nos mandamos alta piyamada. ―Me dice sonriendo mientras sale de mi casa, ahora estábamos re manijas.

―Obvio, a la tarde si salgo medio temprano del laburo coordinamos para ir a comprar todo, ¿Querés?

lover of mine ; Trueno [Terminada✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora