lover of mine ; Trueno [Terminada✔]

23. Perdón de corazón.

Mateo.

¿Fuí un toque bruto?

Se quedó callada, no esperó que le haya contestado así.

Vi que tenía un torta en sus manos, la cual rápidamente identifiqué que era de ricota, mi favorita ― Eh pasa, que me cambio y vengo.

Ella avanzó en silencio hasta la cocina donde dejó la torta, yo me puse un short rápido y nada más, la verdad quería hablar con ella ya.

― Yo eh ― Carraspeó y se rascó el cuello ― Sé que fue medio raro esto y bueno, no sabía como pedirte disculpas y eh, juro que esta es la última, tu mamá me ayudó.

Fruncí el ceño ― ¿Mi mamá?

― Si si, ella y Leyla ― Me acerqué más a la mesa viendo el plato ― Me dijeron que la hacía tu abuela, osea yo no me quería meter mucho por las dudas pero ellas dos me convencieron.

Una sonrisita se me escapó ― ¿Hiciste todo esto por mi? ― Pregunté mirandola serio otra vez.

Suspiró ― Si, perdón ― Me miró a los ojos y sentí un escalofrío ― Perdón Mateo, hice una de las peores pelotudeces que se me podría haber cruzado por la cabeza, no sé porqué quise hacer semejante idiotez pero me asusté y no lo voy a hacer más, no por vos sino por mi, no me quiero cagar así la vida ― Yo no sabía que decir ― Y te juro que cuando me miraste así, se me cayó el mundo ― Dijo con los ojos cristalizados ― Creí que la había cagado en serio con vos y nunca más me ibas a perdonar, porque después de mucho tiempo me sentí querida, no mejor pero ― Tragó grueso ― Escuchada, supongo ― Sentía que era sincera ― Mateo, por favor... ― La interrumpí abrazándola, ya no podía estar tan cerca de ella sin hacer nada ― Perdón, perdón, perdón, por favor perdóname, sé que nunca más vas a confiar en mi de la misma forma pero te... ― Paró de hablar al instante.

― ¿Qué? ¿Qué ibas a decir? ― La miré poniendo mis manos en sus mejillas.

Se había puesto más nerviosa todavía, pero en vez de hablar tiró de mi para chocar sus labios con los míos bruscamente. Se lo seguí con la misma o mayor desesperación que ella, la había extrañado tanto.

Se sorprendió cuando la agarré por la cintura sin ningún esfuerzo mientras ella me abrazaba por el cuello y se afirmaba con sus piernas a mi torso, así fuí cuidadosamente por las escaleras hasta llegar a mi pieza y cerrar con llave.

Me senté en la cama mientras dejaba caricias sutiles en sus muslos, estábamos concentrados en lo nuestro. Ella torpemente empezó a besarme el cuello y suspiré fuertemente, una de mis manos se desvió a su cintura.

― ¡Mamá, Mateo! ― Gritó Emilio en el pasillo y Cielo se asustó sentándose rápidamente en la cama.

― ¡Ahí voy Emi! ― Le Grité de vuelta y miré a la morocha ― ¿Vamos? ― Dije sonriendo.

― Perdón por esto, media desubicada ― Dice acomodándose el pelo y reí, dejé un beso corto en sus labios.

― No, todo lo contrario ― Le guiñé el ojo y agarré una remera negra de por ahí ― Debe tener un hambre ese pibe.

Salimos y bajamos, Cielo un poco nerviosa , cuando Emilio la vio corrió a abrazarla.

― ¡Cielo, te extrañé! ¡Pensé que el boludo de mi hermano te había espantado! ― Ella me miró divertida.

― Hola Emi, yo también te extrañé ― Le sonrió, ¿Yo? Pintado.

― Hola, ¿No? Mínimo, buen día ― Le digo a mi hermano pero me ignora abrazando más a Cielo ― Bueno bueno, vamos soltando.