BEHIND CLOSED DOORS 3 | DRACO MALFOY ✓

𝟏𝟑. 𝐈𝐓'𝐒 𝐀 𝐒𝐄𝐗 𝐂𝐋𝐔𝐁

Draco Malfoy

—¿¡Qué quieres decir con que no está aquí!?.—Grité mientras golpeaba con mis manos el escritorio de McGonagall antes de darle la espalda y mirar los retratos.

Habíamos estado por todo este castillo, preguntando a todos y todo lo que pudimos si habían visto a Anna y nada, ni una persona la había visto desde ayer.

La sensación de que algo había ido terriblemente mal crecía como la pólvora. No podía quedarme quieto por mucho tiempo, tenía que moverme, tenía que hacer algo antes de permitirme pensar demasiado. Anna era una mujer fuerte, todos lo sabíamos, pero aquí había mucho que podía tomar y luego pensó que había estado enferma de preocupación.

—Lo siento, Sr. Malfoy, pero he alertado a los retratos y nadie la ha visto desde ayer.

—Tiene que haber algo más que puedas hacer.—dijo Kehlani, cruzando los brazos sobre su pecho y mirando a su alrededor con preocupación.—Draco, eres un loco hijo de puta, tienes su ubicación, rastrea su teléfono.

—Lenguaje, Sra. Potter.—la regañó McGonagall, pero nuestro lenguaje era lo último en la mente de Kehlani y mía.

—No estoy tan loco.—me burlé y luego mis ojos se abrieron de par en par.—Oh, espera.—saqué el teléfono de mi bolsillo.

Abrí la aplicación y presioné la información antes de dejar que se cargara por un segundo, mirando el círculo azul girar y girar hasta que de repente sonó.

—Edimburgo.

—Edimburgo, ¿qué diablos está haciendo en Edimburgo?.—Preguntó Kehlani, moviéndose para poder ver por encima de mi hombro y mi teléfono.—¿Está en algún tipo de club?.—me pellizque las cejas y acerqué el zoom.

—Es un club.

—Un club, dame eso.—me arrebató el teléfono de la mano y antes de que pudiera procesar, gritó.—¡Mierda, sé dónde está! Tiff y yo fuimos allí una vez, pero no nos quedamos mucho tiempo, emitía una vibra tan espeluznante.—se encogió de hombros y me devolvió el teléfono.—Gracias por tu ayuda McGonagall.

McGonagall asintió brevemente antes de que Kehlani tomara mi mano y me arrastrara fuera de la oficina.

—¿Qué club es?.—Pregunté mientras caminábamos por el pasillo de adoquines.

—Es un club de sexo.—respondió y me detuve en seco.

¿Y ahora qué?

—¿Club de sexo? ¿Qué diablos estabas haciendo en un club de sexo?.—Me burlaba

—Realmente eres muy molesto.—reprendió, mirando a un sexto año mientras pasaban.—No es que sea asunto tuyo, pero Tiffany y Pandora estaban buscando una membresía. Dijeron que había algo raro en eso, así que se fueron y tengo la sensación de que estamos a punto de descubrir qué es ese algo.

La seguí fuera del castillo y hasta un lugar seguro en el que pudiéramos aparecer. El hecho de que el teléfono de Anna sonara dentro de un club de sexo me hizo pensar lo peor.

—¿Listo?.—Kehlani me dio una advertencia esta vez. Puse los ojos en blanco y la agarré del brazo, ella sonrió antes de mascullar y aparentarme.

Pasó una fracción de segundo antes de que aterrizáramos fuera de este edificio alto, tenía al menos tres pisos y podía escuchar la música desde aquí.

—Quédate conmigo, no digas una palabra y sigue adelante.—instruyó Kehlani. Archivé mi cabeza y la miré parpadeando.

—¿En serio me estás diciendo cómo actuar en un club de sexo? ¿Puedo recordarte que soy unos 15 años mayor que tú? Esta no es mi primera vez en un club como este.—Puse los ojos en blanco y seguí adelante. El portero de la puerta nos miró con curiosidad antes de dejarnos entrar.