BEHIND CLOSED DOORS 3 | DRACO MALFOY ✓

𝟐𝟗. 𝐒𝐔𝐆𝐀𝐑 𝐒𝐇𝐑𝐔𝐁

AnnaLeigh Malfoy

—¿Qué?.—Me reí y quité mi mano de su hombro, pensando que estaba tomando el pelo.—Eso no es gracioso, Draco—

—¿Parece que me estoy riendo?.—Él espetó y agresivamente golpeó la taza de agua sobre el tocador al lado de la cama.

Esto resultó en que el agua salpicó la superficie y cayó al piso, pero afortunadamente la taza no se rompió.

—Eso es imposible.—Negué con la cabeza y me puse de pie.—Se ha ido, Astoria se hizo cargo de él hace 12 malditos años.

—Bueno, obviamente no si lo acabo de ver acechando alrededor del rosal de Elora.—comentó y se puso de pie a mi lado.—Ven.

Me agarró la mano y juntos caminamos desde la sala de juegos y bajamos las escaleras hacia el pasillo que lleva de la cocina a la puerta trasera.

—Mira.—dijo Draco mientras nos quedábamos allí por un momento en silencio.

Pasaron unos minutos más y comencé a preguntarme si Draco realmente vio a alguien o solo estaba viendo cosas.

Eso fue hasta que lo vi yo misma.

Mi boca se abrió cuando lo vi cortar las hojas de uno de los arbustos de azúcar que tenemos.

—Draco.—susurré, grité y palmeé su hombro desnudo. Frunció el ceño y miró hacia donde yo estaba señalando.—Allí.—dije.

—¿Qué diablos está haciendo?.

—No lo sé.—me encogí de hombros.—Tiene que ser una poción multijugos, ¿verdad? ¿Por qué tu padre necesitaría hojas de arbusto de azúcar? Más importante aún, ¿Cómo entró en nuestro patio? Las puertas tienen al menos 3 metros de altura.

—Ojalá tuviera una respuesta, cariño.—murmuró antes de meter la mano en el bolsillo de su sudadera gris y sacar su varita.—Quédate aquí.

—¿Qué— Draco no vas a salir?.—Protesté.—Estás sin camisa y al menos no solo.

—¿Qué tiene que ver el hecho de que esté sin camisa con todo esto?.—Preguntó con una ceja levantada.

—Buen punto.—me encogí de hombros.

—No llevas nada más que mi camiseta, así que quédate aquí.—le indicó. Asentí y lo seguí hasta que salió, luego me quedé junto a la puerta y observé.

Vi como Draco se coló detrás del hombre que ni siquiera parecía darse cuenta de que estaba siendo observado y continuó atacando nuestras plantas.

—Stupefy.—dijo Draco y el hombre cayó al suelo. Suspiré y abrí la puerta trasera para ayudar a Draco a llevarlo adentro.

—Jesús.—murmuré mientras miraba al hombre que realmente se parecía al padre de Draco.

—Bueno, definitivamente no es Lucius.—dijo Draco y se agachó para verlo mejor.

—Se ven horribles, ¿no crees?.—Dije y aparté el cabello largo de su rostro. Este hombre tenía una constitución más grande, similar a Lucius pero no del todo correcta. Su cabello era un poco más de un color arena, pero su rostro todavía tenía ese blanco pastoso.

—Mmm...—Draco tarareó.—Aquí, sostén esto.—dijo y me entregó su varita. Asentí y tomé la varita antes de levantarme y dar un paso atrás.